Mayo y los fantasmas

…no es mi objetivo, compañeros detectoristas, que vayan a tomar como verídica, la historia que les voy a narrar, sencillamente porque yo no la viví en lo personal, pero aun asi, viniendo de un hombre de la hechura de Mayo Montero ya hay que pensar que haya sido absolutamente cierta…
Mayo, marido de mi prima Elsa, además de la albañilería se dedicaba a la captura y venta de cangrejos, actividad que realizaba preferentemente durante las noches en una yola pequeña, acompañado solamente de una lámpara de mano, por todo el inmenso manglar que bordeaba la bahía..
..cierta vez, mientras estaba enfrascado en la caza de los cangrejos, sumido en la negrura de la noche, Mayo sintió cerca de él, unas voces de hombres desconocidos que le helaron la sangre. Sin pensarlo un segundo, Mayo se escondió entre la maraña del mangle y desde allí vio como se acercaba un bote de remos con dos hombres a bordo, que se alumbraban con una luz blanca, los cuales luego de hablar algunas palabras en una jerga incomprensible, se retiraron del lugar por donde mismo habían venido…
El bueno de Mayo reinicio su actividad aun aterrado por la visión que acababa de presenciar y mientras metía el brazo dentro de una cueva entre el fango y la arena, persiguiendo un cangrejo……….toco algo duro con los dedos……..pero algo duro que cedió fácilmente ante la presión de los dedos y la mano de Mayo retorno con algunas monedas.
Mayo nervioso como estaba, echo las monedas en el saco de cangrejos y se retiró huyéndole a la llovizna pertinaz a los insaciables mosquitos y quien sabe a que mas…….no sin antes tratar de recordar el lugar, con su lámpara de manos por algunas señales inequívocas……..para regresar al día siguiente con la claridad para explorar a fondo su afortunado hallazgo.
………luego de la ardua faena y la maratónica caminata, Mayo llego al ranchito y se acostó en silencio, aterrado aun por la inesperada visión………
Al despertarse el día siguiente alrededor del mediodía, Mayo se acordó de las monedas y le contó la historia a su mujer y esta le informo que ya los muchachos de la casa se habían llevado el saco de cangrejos para el comercio. Mayo salió como un relámpago para la tienda del mercado y para suerte suya, el saco de cangrejos aún estaban allí y con sus monedas dentro.
Mayo me contó también, con profundo pesar, que un usurero del pueblo le dio algunos pesos por las monedas, quizás mucho menos que su valor real, ….por la necesidad por un lado y la ignorancia por otro…
Mayo regreso al lugar al siguiente día y desafortunadamente no logro dar con el sitio en aquella inmensa selva de mangle y pantano sobre todo porque cada vez que sube y baja la marea, el paisaje cambia en su totalidad.
Desgraciadamente ya Mayo no puede decirnos aproximadamente la zona para invitar a mis compañeros detectoristas a prospectar el área.
Quizás el tesoro este aun allí, enterrado entre la arena y el fango, esperando que alguien lo descubra, custodiado por mosquitos , cangrejos y ………..quien sabe si por alguien más.

Saludos a la afición.

buen relato , pues uno mas ,,, y que hay que buscar,,,

Muy buen relato compañero pues si que es desilucionante el tener y luego no por falta de valor, de haberle seguido e informarse del costo De las monedas, así suele pasar.

Excelente historia, gracias por compartirla.. va su punto +

que tal compañero, reciba un cordial saludo, y gracias por compartir esta historia , realmente muy buena!!! pero tiene mucho de cierto, cuantas veces hemos escuchado de personas que encuentran un tesoro y se llevan algunas monedas para luego regresar y después ya no encuentran la ubicacion por no marcar el lugar!! es probable que aun este ese tesoro esperando a que lo encuentren nuevamente.