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EL TESORO QUE DESTAPO LA PUERCA.
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EL TESORO QUE DESTAPO LA PUERCA.
EL TESORO :tesoro: QUE DESTAPO LA PUERCA.
José Órnelas era de físico medio agringado, pelo güero, alto, flaco, correoso y de ojos amarillosos, nació pobre y toda su vida la vivió como pobre, pero desde chico fue perseguido por la diosa fortuna que guiaba sus pasos a los lugares donde encontraría tesoros enterrados y por esto José murió siendo muy, muy rico, este personaje vivió en un pueblo de plantaciones de bananos y de palma de coco que se encuentra a horillas de la costa sur de Jalisco don-de las aguas del pacifico bañan sus hermosas playas tan llenas de aventura y paisajes exuberantes. desde muy joven, a José, el destino lo obligo a dedicar-se a prestar dinero, cosa que hizo asta el dia de su muerte y porque en ese pueblo de gente campesina y tratándose de dinero no había quien a José no lo necesitara, dia con dia, ricos y pobres acudían a su casa en busca de un préstamo, pero sobre todo, la casa de José era muy visitada durante los fines de semana y días festivos en que cerraban el único banco que en ese pueblo había y porque los hacendados y dueños de plantaciones acudían a con José por dinero en efectivo para pagarle a los empleados cortadores de plátano y coco, ya que las rayas de los campesinos son sagradas y porque sabemos que el trabajador de campo va al día en sus gastos y también que si no paga lo que le fían en la tienda, la siguiente semana, le dicen, no pagaste, no te fio, por eso, cuando por cualquier necesidad, alguien ocupaba dinero para un imprevisto, rápido acudían a con José, quien con ¡mucho gusto! les hacia el favor de sacarlos del apuro, siempre y cuando le empeñaran algo de valor o si eran de fiar, les cambiaba un cheque pos-fechado y solo para 3 o 4 días y con su módico 10%. O de a como se dejara $$$ el cliente…………Pero, para mejor conocer la vida y la muerte de Don. José Órnelas el rico prestamista, retomare el relato mucho antes y cuando José apenas era solo un pobre niño huérfano de padre y madre.
El pueblo bananero donde vivió José, era chico, de esos donde las gentes pueden dar cuenta de todas las vidas ajenas y donde, si algo no lo saben, lo inventan >>>>> PUEBLO CHICO INFIERNO GRANDE <<<<< José no conoció a su papa y se quedo completamente huérfano cuando solo tenia 11 años de edad, María la madre de José, murió de media vida y se murió de un día para otro, una noche se acostó a dormir y ya no despertó, la pobre mujer vivió maly murió bien y porque, morir bien es cuando dejas este mundo sin ocupar doctor, sin dolencias de nada y acostadito en tu propia cama, esto mismo es lo que decía la María y así de buena fue su muerte. Nunca nadie en ese pueblo supo de donde llego y tampoco nadie sabia la verdadera edad de esa mujer que vivió los últimos días de su vida alegrándoles la vida a los borrachos de ese pueblo y porque, para ganarse el pan de cada día, en su casa vendía cerveza. En ese pueblo todos la conocían como María la puerquera, apodo que se gano porque, de ves en ves, se le veía arreando por las calles del pueblo a algún marrano gordo que compraba para matar, vender su carne y hacer chicharrones y por esto la casa de Maria era muy frecuentada por toda clase de hombres, campesinos, camioneros y patrones que acudían después de la jornada de trabajo a convivir y refrescarse la vida con cerveza helada para mitigar un poco el calor tropical. El día que Maria murió, en el corral de su casa tenía una marrana gorda que 2 días antes había comprado y que tenía la intención de matar el siguiente fin de semana. La mañana en que María amaneció muerta, los vecinos se organizaron para abrir la tumba en el camposanto y, aunque nunca la vieron por la iglesia, a María había que darle cristiana sepultura, dijeron las vecinas que, porque todos somos hijos de dios y que antes de pasar al descanso eterno, todos debemos de ir a misa a bendecirnos y que para tener las puertas del cielo abiertas. Las vecinos del barrio donde Maria vivió eran gentes humildes y como no lograban reunir el dinero necesario para comprar el servicio fúnebre mas barato, uno de los vecinos presentes dijo, que el podía prestar el dinero que faltaba y que en pago podía quedarse con la puerca que la maría tenia amarrada en una raíz del viejo árbol que estaba en el corral, el niño José con lagrimas en los ojos estaba escuchando todo, los presentes voltearon a verlo y el niño con un pequeño movimiento de cabeza asintió en señal de estar de acuerdo. El tronco del árbol donde estaba amarrada la puerca era tan ancho que solo entrelazando las manos de 10 hombres podían abarcarlo, pero en realidad eran dos arboles en uno, ya que eran una Higuera y un Guzilacate que alguna vez estuvieron separados por algunos metros, pero que al crecer cerca uno de otro, llego el dia en que los 2 troncos se juntaron entrelazando sus ramas y abrazándose como 2 apasionados amantes uno al otro abrasados fuertemente asta formar un solo árbol de tronco muy grande y lleno de recovecos donde anidaba una familia de pe-queños búhos y que durante el dia era visitado por numerosas ardillas, pájaros de varios tipos, higuanas, etc, todos acudían buscando comer los frutos y por la noches entre su frondoso follaje revoloteaban los murciélagos buscando insectos y también Higos maduros. decían las gentes viejas del pueblo que sus abuelos les contaban que esa Higuera/Guizilacate ya estaba ahí cuando la revuelta revolucionaria de 1810, además, algunos de los veci-nos aseguraban que en la guerra cristera de 1930, en sus grandes ramas los soldados del gobierno colgaban a sus enemigos y también a los bandidos y asaltantes de caminos, pero también decían que ese árbol estaba encantado, que en sus ramas vivían los duendes y también que una anima en pena cuidaba un tesoro que estaba enterrado entre sus viejas raíces, incluso, algunos vecinos aseguraban haber visto por las noches a una mujer vestida de blanco sentada al pie del árbol, el niño José Órnelas sabia que esto del espanto, si era cierto, porque una noche en que salió al baño, entre las sombras del corral creyó ver a su mama al pie de la vieja higuera y cuando volteo y en un parpadeo de ojos, se le desapareció la visión, seria o no seria, la cosa es que ese árbol tenia el tronco de grosor muy grande y sus ramas muy grandes y torcidas por todos lados y eso daba la autoridad para pensar que debía de ser muy, muy viejo y todo esto, por las noches al corral le daba un aire lúgubre y misterioso que llegaba a imponer temor. Durante la noche del velorio, las platicas de los invitados al café con alcohol, se centraban hacia la mala suerte del pequeño y pobrecito hijo de María la puerquera. Alguien comento que José era niño regalado y que venia siendo sobrino segundo de Don Nicho el único boticario del pueblo y también se decía que la verdadera mama de José, murió cuando lo pario, que a raíz de eso a su papa le dio por la tomadera y que tendría 5 meses de edad cuando lo dejo encargado con María un día en que el hombre se fue a trabajar a los estados unidos y que nunca mas regreso, todo esto es lo que se decía en el barrio, pero el niño de esto no sabia nada. La noche del velorio cayó una gran tormenta con muchos rayos y truenos que parecía que se acababa el mundo y para rematar, un fuerte rayo cayo en el poste de luz dañando al transformador dejando a obscuras a todo el vecindario y ocasionando que el velorio quedara en penumbras y alumbrado solo por las 4 grandes velas que tenia el ataúd, una vela en cada una de sus esquinas y esto ocasionaba que todo pareciera mas triste y casi como escena de película de terror. Por la mañana todavía amaneció ligeramente lluvioso y con ráfagas de viento loco, por la radio dijeron que el aguacero era debido a una tormenta tropical y que amenazaba durar 3 o 4 días mas pero estos cosa de lo mas común en la costa, y así, mojándose, los vecinos le dieron cristiana sepultura a María la puerquera. Terminado el entierro, el niño José no quiso ir con nadie y decidido se encamino a su casa, desde muy chico dio muestra de tener un carácter fuerte y además, la vida dura que llevaba, lo volvió astuto y matrero. Un buen día y en vida de su madre, uno de los asiduos clientes a la cerveza, le regalo un viejo cajón para dar grasa a los zapatos, le dijo, toma para que te ganes unos centavos, desde ese día, frecuentemente José salía con el cajón colgado de sus hombros y se encaminaba al jardín del pueblo para ganarse unos pesos sacando lustre al calzado. Su mejor cliente era el gerente del único banco que en ese pueblo había pues casi a diario le llamaba para que le boleara sus ele-gantes mocasines. Fue un 24 de febrero, dia en que en México es dia de la bandera nacional cuando que José limpio zapatos por primera ves, una ves terminando el desfile, el jardín principal del pueblo se lleno de estudiantes y a José le fue tan bien que llego a su casa con algunos billetes y monedas en las 2 bolsas del pantalón, gustoso y emocionado las vacio en la cama para contar sus ganancias, la mama lo vio, sonriéndole se le acerco, lo acaricio amorosamente, le beso el pelo y seguidamente le dijo, José mírame a los ojos y fíjate muy bien lo que te voy a decir, el niño volteo a ver a su madre, la miro a los ojos fijamente y escucho lo siguiente --- JOSÉ, EL DINERO DA VIDA Y TAMBIÉN EL DINERO DA MUERTE --- GRÁBATELO MUY BIEN JOSÉ Y QUE NO SE TE OLVIDE -- EL DINERO TIENE VIDA Y CUANDO ALGUIEN NO LO CUIDA, SE ENOJA Y CUANDO EL DINERO SE ENOJA CON ALGUIEN, ESA PERSONA JAMÁS PODRÁ LLEGAR A TENER DINERO Y MORIRÁ POBRE Y SIN AMIGOS -- QUE NO SE TE OLVIDE ESTO -- CUIDA MUCHO TU DINERO Y LLEGARAS A SER RICO Y NADA TE FALTARA, José había escuchado todo con total interés, esas palabras le parecieron muy sabias, se le grabaron muy dentro en su mente y con un gesto le hiso ver a su madre que había entendido el consejo. Terminando de contar sus ganancias metió las monedas dentro de su cajón de bolear y porque se dijo, que ahí, nadie pen-saría que tendría sus ahorros. A partir de que gano su primer dinero lustrando zapatos, José le tomo mucho cariño a su viejo cajón de bolero y a nadie permitía que lo agarrara, lo cuidaba como la cosa más preciada que tenia, siempre que llegaba de dar grasa, lo limpiaba con esmero, lo metía debajo de la cama y hasta muy al fondo para que nadie lo fuera a agarrar y ahí mismo seguía guardando sus ganancias, solo agarraba de sus ahorros cuando su mama ocupaba completar para pagar la renta de la casa donde vivían o para surtir la cerveza, pero no mas, José ya sentía que el dinero era su amigo y que debía de cuidarlo. A José nunca le pareció bien que su mama vendiera cerveza, porque veía que los borrachos ya entrados en copas se atrevían a agárrale las nalgas a su madre y eso le enojaba mucho, precisamente, en vísperas de la muerte de María, José le dijo que ya dejaran de vender cerveza y que boleando zapatos podía ayudarle con los gastos de la casa, pero el destino se le adelanto y de pronto, se vio totalmente huérfano. Por la tarde después del entierro, José escucho que la puerca tenia un gran arguende, salió al corral para darle un puño de maíz y vio que con el aguacero, la tierra se reblandeció y que la puerca tenia un gran escarbadero donde gustosa se revolcaba y que con su larga trompa batía y batía el lodo, de pronto José noto que entre el lodazal que batía la puerca había varios pe-dazos de olla de barro quebrados y que nunca antes los había visto ahí y también vio unas cosas pequeñas, redondas y cubiertas de lodo, tomo una, la miro detenidamente, la estrujo entre sus manos para quitarle el lodo, la froto en su pantalón y con gran asombro reflejado en su rostro noto que era una moneda que parecía de oro y que por una lado tenia un ángel y por la otra cara tenia una águila con sus alas abiertas y mas una serpiente en el pico, José se dijo que sus ojos jamás habían visto ninguna otra moneda igual, busco entre el lodo y logro juntar como 30 monedas, en eso estaba cuando sintió un escalofrió que le enchino toda la piel porque recordó que, precisamente donde estaba amarrada la puerca, era donde aquella noche vio la visión del fantasma en forma de mujer. El corral de esa casa se dividía de las otros corrales vecinos solo por una cerca de varas secas, José volteo para todos lados para ver si no había alguien que observara lo que hacia, no vio a nadie, presuroso guardo las monedas bajo de una maceta quebrada que es-taba en el corredor de la casa y pensando muy bien la situación, razono que no le convenía que los vecinos se dieran cuenta de su hallazgo, desamarro a la puerca y la empezó a arrear para llevársela al que presto el dinero para el velorio de su madre, José no quería que nadie entrara a su casa, adivinaba que lo que encontró, podía provocar envidias de los vecinos, se encamino a la casa del vecino que había prestado para comprar el ataúd de su madre y le dijo, aquí le traigo su puerca, como quedamos y muchas gracias por su ayuda, sin más palabras José se regreso a su casa. volvió al corral a donde estaba la higuera y de nuevo se puso a remover el lodazal que había dejado la puerca, pensó que por la emoción, no busco bien y que aun podían quedar más monedas y efectivamente, todavía encontró algunas pocas monedas más, fue y saco las que guardo en la maceta, seguidamente las llevo todas al lavadero, las limpio con agua lo mas que pudo y paseando su vista por toda la casa, pensó que era mejor guardarlas dentro de su cajón de dar bola y a este lo metió bajo su cama y como siempre hasta el fondo, enseguida se acostó en la cama, su pensamiento estaba muy perturbado por los recientes acontecimientos que eran muchos en solo 2 días y mas para su corta edad, así estuvo asta que lo venció el sueño. Por la mañana volvió a batir el lodazal pero ya no encontró nada más, en total junto 37 monedas de oro puro, mucho tiempo después sabría que se llamaban CENTENARIOS y también hasta después sabría que eran de valor muy alto y de las más apre-ciadas en todo México. Por la tarde del día siguiente, agarro las 2 monedas mas limpias que encontró y pensando en venderlas, las metió en la bolsa de su pantalón, seguidamente salió rumbo al centro del pueblo, José no sabia que hacer, ni con quien acudir, quiso la suerte que se detuviera a ver el apa-rador que tenia don Nicho en la entrada de la botica, el boticario vio a José y sabiendo de la muerte de la mama, le saludo con un gesto y le ofreció un re-fresco, José lo acepto y pronto le platico al boticario que su mama le había dejado 2 monedas y que no sabia cuanto valían, al boticario en cuanto las vio le brillaron los ojos, tomo una, le dio un mordisco, comprobó que eran autenticas y viendo la oportunidad de ganar dinero fácil, le dio a José un valor mucho menor del valor real, le dijo que el se las podía comprar y casi sin José aceptar el trato, rápido se las pago y las guardo con la avaricia reflejada en su rostro. Como sea, José nunca había tenido tanto dinero en sus manos y eso le dio mucho valor para enfrentar la adversidad que de pronto y a partir de la muerte de su mama sentía que se le vino encima. Lo primero que José hacia por las mañanas al levantarse de la cama, era mirar bajo su cama el cajón de dar bola y luego contaba sus monedas, volvía a dejar todo bajo su cama y seguidamente se salía a caminar por la calle derecha del pueblo donde había tiendas de muchas cosas, un día se compro lentes de sol, otro día compro una cachucha que tenia unas ramas de mariguana bordadas por enfrente, se compro un radio pequeño de bolsillo de 2 pilas y pintado con el escudo del equipo de futbol de las chivas rayadas del Guadalajara, también compro una navaja de 2 hojas y cachas imitación cuerno de venado que ya tiempo la veía y quería tener y que al cabo tenia mas monedas y pensó que por gastar tantito, el dinero no se enojaría con el. A la semana siguiente volvió a llevar otras 2 monedas a con el boticario y este malicio que el muchacho tenia mas o que sabia donde encontrar mas monedas, se las pago al mismo precio y con mucha astucia lo envolvió, le dijo que el conoció a su papa y que eran primos y que si quería le podía decir tío, pero además también le dijo, que el ocupaba un mozo que le ayudara en la botica y que si quería, podía vivir en su casa, que el le daría la comida y algo de paga, le mostro un cuartucho que el boticario tenia en el corral y que a veces le servía de bodega, José decidió que ese era un buen hombre y al otro día fue a donde la dueña de la casa en que vivía, le dijo que ya la iba a desocupar, aga-rro su preciado cajón de dar bola junto con sus pocas pertenencias y de pronto ya estaba viviendo en la casa donde tenia la botica don Nicho. A los pocos días el boticario con argucias le saco a José toda la verdad y este le platico de como la puerca desenterró las monedas y seguidamente le enseño las demás, su nuevo tío le dijo que se las pagaba todas, hicieron cuentas al precio de ganga y don nicho le dijo que si quería le abriría una cuenta de ahorros para que su dinero ganara intereses y que para cuando estuviera grande, esto a José le pareció buena idea, pero don nicho también le dijo que no platicara de las monedas con nadie, que porque, si se enteraban los polic-ías, le pedirían que se las diera que porque los tesoros enterrados eran del gobierno. Por la mañana fueron a donde el banco, el gerente saludo al boticario y a José le dedico un movimiento de cabeza y una sonrisa, don nicho le informo a que iban y total que José el pobrecito hijo de María la puerquera de un día para otro, ya tenía dinero en el banco.
A José le cambio completamente la vida, de pronto se vio viviendo en la calle principal y donde toda la gente del pueblo acudía los fines de semana a pase-ar y hacer sus compras, pero lo mejor de todo, pensaba José, era que ya no tenia que aguantar borrachos. Durante unas semanas todo camino muy bien, pero al paso del tiempo, José se dio cuenta que el boticario, don Nicho, no era tan buena gente como pensó y que más bien le dio albergue porque necesitaba un mozo gratis, ya que, si le daba la comida, pero de paga, nada de nada, llego el día que no solo limpiaba el corral, atendía los gallineros y le daba de comer a unos cerdos que don nicho tenia engordando, sino que también ya hasta barría y trapeaba toda la casa y también la botica, José para allá y José para acá y lo peor, ya no le pedían que hiciera las cosas por favor, sino que ya hasta la esposa de don nicho le gritaba y mas la hija solte-rona del boticario, muchacha ya treintañera que se pintaba el pelo de güero, y que se la pasaba todo el día viéndose en el espejo, que además, era tan or-gullosa, que sentía ningún muchacho del pueblo la merecía, literalmente, la güera presumida, comía frijoles y eructaba pollo, pero la realidad es que, José bien sabia que eso era pura hipocresía, ya que el cuarto donde dormía la güera, tenia una ventana que daba al corral y seguido José veía que, cuan-do la güera por las noches apagaba y prendía la luz de su cuarto 3 veces se-guidas, inmediatamente una sombra brincaba por el corral, con sigilo escala-ba una barda y se metía a la recamara de la güera y que esta sombra salía hasta poco antes de amanecer, sombra que un día José se puso a espiar y descubrió que era una persona conocida del pueblo que trabajaba ordeñado unas vacas de un compadre del boticario y que era el mismo que por las ma-ñanas entregaba la leche en la botica, para rematar, en esa casa había algo que a José de veras le repateaba las tripas y era que en alguna ocasión en que su tía postiza fue a la capital, acudió a un teatro donde escucho opera y le gusto tanto, que ahí mismo se le incubo un complejo de artista de rancho que ocasionaba que ella misma se sintiera la soprano mayor del pueblo ba-nanero y todos los domingos en que la gente salía a pasear a la calle principal, ella se ponía a tratar de imitar a la cantante de opera y pegaba unos berridos casi como los gritos de los marranos que en vida mataba maría la puerquera y todo esto a José le molestaba mucho ya que, los pocos amigos que tenia, le hacían burlas a causa de sus parientes postizos que se creían de gran alcurnia, José se defendía diciendo, no son nada mío, yo solo trabajo ahí. Pasaron 5 o 6 años en los que José aprendió varias cosas y entre esas, aprendió a medio leer y medio escribir, pero también se dio cuenta que las muchachas ya lo miraban con otros ojos y que algunas hasta le sonreían y el bien que sabia que una mujer cuando le sonríe a un hombre de esa manera es porque quiere algo mas que amistad y lo sabia bien porque cuando su mama en paz descanse, le sonreía a algún cliente, de la misma manera que las muchachas ya le sonreían a el, siempre la cosa terminaba en amoríos y luego la mama lo mandaba a dormir al corral, ha, pero también José aprendió que la gente suele aprovecharse unas de otras, esto lo entendió cabalmente, una ves que fue a bolear a los empleados del banco, ya que ahí vio una revista que tenia fotos de monedas como las del tesoro que destapo la puerca y así supo que se llamaban centenarios y también descubrió el verdadero valor de esas monedas y entendió que el boticario lo había engañado. Un día en que José ya tenia 17 años, su tío lo alquilo como ayudante de albañil, pero como siempre, sin paga, resulta que un compadre del boticario quería tumbar una casa ya muy vieja de adobe que estaba casi cayéndose y porque tenía la intención de hacer otra nueva de material, de albañil solo trabajaras por las tardes, le dijo el boticario a José y, en esa casona vieja fue cuando A JOSÉ ÓRNELAS SE LE VOLVIÓ A ATRAVESAR EL DINERO ENTERRADO, una tarde estaba trabajando en la cocina y al darle con el pico a un pretil viejo, cerca del fogón se descubrió una pequeña ollita con monedas de todos tamaños, pero todas de oro, rápido y muy sigiloso, José recogió todo vestigio de ese hallazgo, guardo las monedas en el costalillo de su bastimento, termino de quebrar los tepalcates de la ollita, los tiro en otro lugar y lejos de la casa que estaba tumbando para que nadie fuera a maliciar nada, se fue para la botica, entro por el corral como seguido lo hacia y actuando lo mas normal que pudo y fijándose muy bien en que nadie lo viera, metió las monedas en su cajón de bolear que aun seguía guardando bajo la cama donde dormía. Toda la noche le dio vueltas en la cabeza y pensaba, ¿que seria lo mejor de hacer? Ya esta-ban cantando los gallos cuando el sueño lo venció, todavía por la mañana no entendía como hacer para no despertar nada de sospechas de su hallazgo, pero lo que si entendió pronto es, que no debía dejar que don nicho supiera de ese tesoro. Al medio día y cuidándose de que sus parientes postizos no se dieran cuenta, José se encamino muy decidido al banco local, el gerente lo saludo y como no le vio el cajón colgando de su hombro, le pregunto, ¿que hay José vienes a ver tus ahorros? 6 años hacia de que metió al banco el di-nero que le dio don nicho por los centenarios y 2 o 3 veces por año acudía a revisar cuanto había aumentado y seguía teniendo casi la misma cantidad, los intereses no sirven para nada, se decía José. Si señor gerente contesto José, quiero ver cuanto dinero tengo ya, pero también quiero platicar con usted, siéntate le dijo el banquero y dime ¿en que te puedo ayudar? con voz queda y tono de misterio le dijo al gerente que necesitaba platicarle algo, pero que quería pedirle que no se lo dijera a nadie y menos a sus tíos, esta bien José, a nadie se lo comento, lo prometo le dijo el gerente, entonces José le platico que yendo a bañarse al rio y en un paredón, había encontrado una ollita con monedas viejas y que necesitaba que le ayudara a venderlas para que no lo fueran a robar, al gerente le escucho con atención y le pido que le llevara las monedas para revisarlas y ayudarle a venderlas, presuroso José corrió a su cuartucho en la botica, salió con su cajón al hombro y con naturalidad le dijo a don nicho que iría a bolear al jardín, don nicho estaba limpiando y acomo-dando medicamentos y ni caso hizo. El gerente paso a José a un privado, saco una tabla de valores de monedas antiguas, le pidió a José le mostrara las que se encontró, José abrió su cajón, saco las monedas y se las dio al gerente, este las reviso una por una, hizo una llamada de teléfono y se las pago al pre-cio real, pero descontando el 20%, es para los gastos le dijo. Como sea, José recibió una muy buena lana, mucho mas que la que su tío postizo le dio por los 37 centenarios, ahora, ya sabia todo, el boticario lo robo pues en realidad solo le dio el valor de 5 o 6 monedas. El dinero que le dio el banquero lo vol-vió a dejar en la cuenta de ahorros y José se fijo en que los empleados del banco se le quedaban viendo con mucha atención, total que José ya tenía más dinero y eso le llenaba de un sentimiento que no sabia explicar. José si-guió tumbando la casa vieja, pero interiormente ya se sentía con la seguridad que solo el dinero en la bolsa le produce a algunas personas, sus tíos notaron un cambio en el, vieron que José ya caminaba y actuaba con mas seguridad, ya hablaba fuerte y ya no tan fácil se dejaba gritar. Un día se entero que vendían una casita pequeña y vieja pero que tenia corral grande, la vio, le gusto, la trato, fue al banco, saco la cantidad que necesitaba y la pago, poco a poco se daba sus vueltas, empezó por arreglar el corral y pensando en que su madre hacia negocios con los cerdos, José hiso unos chiqueros rústicos, para mañana o pasado, pensó, dedicarse al negocio de los puercos. Un día en que José ya se iba a dormir, Don Nicho le llamo a su recamara, cosa que a José le extraño porque jamás lo había hecho y con voz muy grave y expresión muy seria, le reclamo, José supe que compraste una casa y quiero que me digas de donde agarraste el dinero, siguió diciéndole, yo te he dado cobijo, te he tratado como de mi familia y tu gastas dinero a mis espaldas. ¿De donde José, donde sacaste el dinero para pagar la casa que acabas de comprar? en ese momento José fue la primera vez que le llamo por su nombre, mire Nicho, yendo al rio me encontré una ollita con monedas de oro, las vendí en el banco y con lo que ya tenia en el banco de los centenarios que usted me pago, complete y compre la casa. Don nicho le siguió diciendo que el y su familia lo querían como a un hijo y que porque se lo oculto y José muy decidido le contesto, mire Nicho, en el banco me dieron mas dinero por monedas de menos valor, que lo que usted me dio por los 37 centenarios y aprovecho esto para decirle que muchas gracias por darme cobijo en su casa, pero ya quiero vivir solo, por eso compre la casita, ya tengo casi 18 años y puedo trabajar igual que cualquier gente grande, así que, mañana vengo por mis cosas y me pondré a trabajar en el corte de plátano. Esa misma noche José se fue a vivir a su casa y en la misma semana se contrato en una cuadrilla de cortadores de plátano, pronto los compañeros de José se dieron cuenta que este no gastaba su dinero, José no compraba ni un refresco, el hambre se la quitaba con plátanos maduros que había en la huerta que al cabo y eran regalados, terminando el trabajo se recogía a su casa, cuando los amigos lo invitaban al jardín o a los bailes el José nunca compraba nada y ni para dispar en defensa propia, si se tomaba un refresco ,tenia que ser porque se lo invitaban, así que, rápido se gano la fama de tacaño, pero, sucedió algo bueno para José y también para sus compañeros, como sabían que José siempre tenia dinero, los compañeros de trabajo recurrían a el a media se-mana para pedirle prestado y con la promesa de pagarle el día de raya y así fue como José empezó a prestar dinero y a cobrar por prestar dinero y eso le gusto mas que trabajar y llego el día que ya José no trabajaba, solo se arri-maba a la bascula donde se juntaban las cuadrillas de cortadores de plátano y siempre listo para prestar dinero con intereses y como eran mas de 300 cor-tadores de plátano, mas los camioneros, pues José ya ganaba mas prestando dinero, que trabajando, que trabajen los burros, pensó. Cuando José cum-plió 22 años se fue de paseo al puerto de altura donde llegan los barcos de gran calado, ya tiempo quería conocer de cerca a esos enormes barcos mer-cantes y que solo los conocía desde lejos cuando acudía a bañarse al mar y desde la playa los veía pasar por el mar en ruta hacia el puerto más cercano. Ya estando en los muelles se dio cuenta que en realidad los barcos eran mas grandes de lo que imagino, se detuvo frente a una fragata de la marina gue-rra y decidido le dijo a un marino que si podía subir a ver el interior de la fra-gata, con emoción y asombro reflejados en su rostros observo detenidamen-te todo, pero mas admirado quedo de ver los enormes motores en el cuarto de maquinas, seguidamente, bajo a tierra y se encamino a las calles del cen-tro de la ciudad llenas de gente y de los olores tan fuertemente peculiares que tienen todos los puertos marinos, andaba de aquí para allá, sin rumbo, solo miraba y observaba todo, quiso la suerte que pasara por la calle donde estaba el establecimiento donde empeñan sus cosas la gente necesitada y en el aparador vio un aparato que le llamo mucho la atención y lo vio y lo volvió a ver y no encontraba para que pudiera ser ese aparato tan curioso, vio que una persona pasaba cerca de el, lo paro y con educación le pregunto que si el sabia para que era ese aparato, el extraño le contesto que creía que era para buscar tesoros enterrados, al escuchar esto José recibió una fuerte descarga de adrenalina que hizo que le brillaran los ojos y el corazón se le acelero, pre-suroso entro al establecimiento, pidió informes y efectivamente, le dijeron que era un detector de metales de los mas modernos, confiables y de fácil manejo, pregunto cuanto valía, José volvió a su pueblo, saco dinero del ban-co, ese mismo día alquilo un taxi y volvió al puerto para comprar el busca tesoros, que desde que lo vio y supo para que servía, le quito la respiración
Ya de regreso en el taxi y con el aparato busca tesoros en su poder, José se sentía alegre, el retorno a casa se le hizo eterno, le urgía llegar para curiose-ar su nueva adquisición. platicando con el chofer le comunico de su compra, se puso a sus ordenes por si el taxista llegaba a saber de alguna historia de dinero enterrado o casa donde asustaran los espíritus del mas allá y que si encontraban algo se lo repartían, llego a casa cuando el sol ya se estaba ocul-tando, inmediatamente saco de su caja el detector de metales, busco el ins-tructivo, lo leyó detenidamente, lo releyó varias veces y hasta que creyó que ya sabia todo, le acomodo las baterías y lo prendió, luego se paseo con el aparato por toda su casa y por un lado y otro y de pronto, el aparato lanzo un chillido de alarma que hizo que a José se le dibujara una nerviosa y leve sonrisa, observo detenidamente el suelo, movió a su detector de lugar y este inmediatamente dejo de chillar, lo volvió a pasar por donde chillo y volvió a chillar y José se dio cuenta que el detector pitaba cada que pasaba por enci-ma del tubo que estaba enterrado y que llevaba el agua a la pila en el corral, luego se encamino para el patio de la casa y ahí volvió a chillar, busco en el suelo y solo encontró entre la tierra varios clavos viejos mas un pedazo de herradura y así se la paso, calando su aparato y encontrando cosas de metal viejas, hasta que en una de las esquinas del corral, el aparato volvió a lanzar su chillido y que ya tanto le estaba gustando escuchar a José, se puso a es-carbar y como a 40 centímetros de hondo, encontró un pedazo de machete ya muy viejo y desasiéndose de moho, apago el aparato, fue a su habitación, lo puso en su cama, se recostó junto a el y acariciándolo empezó a soñar despierto, mentalmente se miraba sacando un tesoro grande y casi podía es-cuchar el sonido de las monedas chocando unas con otras, suspiro largamen-te y se sintió muy afortunado por poseer ese detector de tesoros. De pronto le llego una idea y pensó en que tenia que darle un nombre a su aparato y no encontró otro mas apropiado que llamarlo AMIGO, si, de ahora en adelante el detector de metales se llamaría AMIGO, en ese momento, José recordó una ves que su mama le dijo, que, cuando sintiera alguna necesidad, hiciera una oración y que con mucha fe, pidiera lo que necesitaba y que porque esa era la manera de hacer esos pedimentos, se puso de rodillas y con mucha fe empezó a platicarle, AMIGO, le dijo, con todo respeto yo te pido que de aho-ra en adelante TU Y YO SEAMOS AMIGOS INSEPARABLES y yo te prometo jamás olvidarte, siempre estarás en mis oraciones y prometo nunca prestarte con nadie, solo yo te manejare y jamás, nunca permitiré que nadie mas te ponga las manos encima AMEN, seguidamente recargo AL AMIGO en la pa-red, prendió una veladora y se la dedico al amigo diciendo en voz baja ----- POR TU SUERTE, POR LA MÍA Y POR EL FUTURO DE ABUNDANCIA QUE NOS ESPERA--- AMEN ------- apago la luz y estuvo en silencio un buen rato viendo como la llama de la veladora de parafina consumía a esta y también observando como la sombra del detector de metales se dibujaba bailoteando contra la pared. Así estuvo recostado en su lecho durante largo rato y echan-do a volar su imaginación hasta que el sueño lo venció. ...... CONTINUA
José Órnelas era de físico medio agringado, pelo güero, alto, flaco, correoso y de ojos amarillosos, nació pobre y toda su vida la vivió como pobre, pero desde chico fue perseguido por la diosa fortuna que guiaba sus pasos a los lugares donde encontraría tesoros enterrados y por esto José murió siendo muy, muy rico, este personaje vivió en un pueblo de plantaciones de bananos y de palma de coco que se encuentra a horillas de la costa sur de Jalisco don-de las aguas del pacifico bañan sus hermosas playas tan llenas de aventura y paisajes exuberantes. desde muy joven, a José, el destino lo obligo a dedicar-se a prestar dinero, cosa que hizo asta el dia de su muerte y porque en ese pueblo de gente campesina y tratándose de dinero no había quien a José no lo necesitara, dia con dia, ricos y pobres acudían a su casa en busca de un préstamo, pero sobre todo, la casa de José era muy visitada durante los fines de semana y días festivos en que cerraban el único banco que en ese pueblo había y porque los hacendados y dueños de plantaciones acudían a con José por dinero en efectivo para pagarle a los empleados cortadores de plátano y coco, ya que las rayas de los campesinos son sagradas y porque sabemos que el trabajador de campo va al día en sus gastos y también que si no paga lo que le fían en la tienda, la siguiente semana, le dicen, no pagaste, no te fio, por eso, cuando por cualquier necesidad, alguien ocupaba dinero para un imprevisto, rápido acudían a con José, quien con ¡mucho gusto! les hacia el favor de sacarlos del apuro, siempre y cuando le empeñaran algo de valor o si eran de fiar, les cambiaba un cheque pos-fechado y solo para 3 o 4 días y con su módico 10%. O de a como se dejara $$$ el cliente…………Pero, para mejor conocer la vida y la muerte de Don. José Órnelas el rico prestamista, retomare el relato mucho antes y cuando José apenas era solo un pobre niño huérfano de padre y madre.
El pueblo bananero donde vivió José, era chico, de esos donde las gentes pueden dar cuenta de todas las vidas ajenas y donde, si algo no lo saben, lo inventan >>>>> PUEBLO CHICO INFIERNO GRANDE <<<<< José no conoció a su papa y se quedo completamente huérfano cuando solo tenia 11 años de edad, María la madre de José, murió de media vida y se murió de un día para otro, una noche se acostó a dormir y ya no despertó, la pobre mujer vivió maly murió bien y porque, morir bien es cuando dejas este mundo sin ocupar doctor, sin dolencias de nada y acostadito en tu propia cama, esto mismo es lo que decía la María y así de buena fue su muerte. Nunca nadie en ese pueblo supo de donde llego y tampoco nadie sabia la verdadera edad de esa mujer que vivió los últimos días de su vida alegrándoles la vida a los borrachos de ese pueblo y porque, para ganarse el pan de cada día, en su casa vendía cerveza. En ese pueblo todos la conocían como María la puerquera, apodo que se gano porque, de ves en ves, se le veía arreando por las calles del pueblo a algún marrano gordo que compraba para matar, vender su carne y hacer chicharrones y por esto la casa de Maria era muy frecuentada por toda clase de hombres, campesinos, camioneros y patrones que acudían después de la jornada de trabajo a convivir y refrescarse la vida con cerveza helada para mitigar un poco el calor tropical. El día que Maria murió, en el corral de su casa tenía una marrana gorda que 2 días antes había comprado y que tenía la intención de matar el siguiente fin de semana. La mañana en que María amaneció muerta, los vecinos se organizaron para abrir la tumba en el camposanto y, aunque nunca la vieron por la iglesia, a María había que darle cristiana sepultura, dijeron las vecinas que, porque todos somos hijos de dios y que antes de pasar al descanso eterno, todos debemos de ir a misa a bendecirnos y que para tener las puertas del cielo abiertas. Las vecinos del barrio donde Maria vivió eran gentes humildes y como no lograban reunir el dinero necesario para comprar el servicio fúnebre mas barato, uno de los vecinos presentes dijo, que el podía prestar el dinero que faltaba y que en pago podía quedarse con la puerca que la maría tenia amarrada en una raíz del viejo árbol que estaba en el corral, el niño José con lagrimas en los ojos estaba escuchando todo, los presentes voltearon a verlo y el niño con un pequeño movimiento de cabeza asintió en señal de estar de acuerdo. El tronco del árbol donde estaba amarrada la puerca era tan ancho que solo entrelazando las manos de 10 hombres podían abarcarlo, pero en realidad eran dos arboles en uno, ya que eran una Higuera y un Guzilacate que alguna vez estuvieron separados por algunos metros, pero que al crecer cerca uno de otro, llego el dia en que los 2 troncos se juntaron entrelazando sus ramas y abrazándose como 2 apasionados amantes uno al otro abrasados fuertemente asta formar un solo árbol de tronco muy grande y lleno de recovecos donde anidaba una familia de pe-queños búhos y que durante el dia era visitado por numerosas ardillas, pájaros de varios tipos, higuanas, etc, todos acudían buscando comer los frutos y por la noches entre su frondoso follaje revoloteaban los murciélagos buscando insectos y también Higos maduros. decían las gentes viejas del pueblo que sus abuelos les contaban que esa Higuera/Guizilacate ya estaba ahí cuando la revuelta revolucionaria de 1810, además, algunos de los veci-nos aseguraban que en la guerra cristera de 1930, en sus grandes ramas los soldados del gobierno colgaban a sus enemigos y también a los bandidos y asaltantes de caminos, pero también decían que ese árbol estaba encantado, que en sus ramas vivían los duendes y también que una anima en pena cuidaba un tesoro que estaba enterrado entre sus viejas raíces, incluso, algunos vecinos aseguraban haber visto por las noches a una mujer vestida de blanco sentada al pie del árbol, el niño José Órnelas sabia que esto del espanto, si era cierto, porque una noche en que salió al baño, entre las sombras del corral creyó ver a su mama al pie de la vieja higuera y cuando volteo y en un parpadeo de ojos, se le desapareció la visión, seria o no seria, la cosa es que ese árbol tenia el tronco de grosor muy grande y sus ramas muy grandes y torcidas por todos lados y eso daba la autoridad para pensar que debía de ser muy, muy viejo y todo esto, por las noches al corral le daba un aire lúgubre y misterioso que llegaba a imponer temor. Durante la noche del velorio, las platicas de los invitados al café con alcohol, se centraban hacia la mala suerte del pequeño y pobrecito hijo de María la puerquera. Alguien comento que José era niño regalado y que venia siendo sobrino segundo de Don Nicho el único boticario del pueblo y también se decía que la verdadera mama de José, murió cuando lo pario, que a raíz de eso a su papa le dio por la tomadera y que tendría 5 meses de edad cuando lo dejo encargado con María un día en que el hombre se fue a trabajar a los estados unidos y que nunca mas regreso, todo esto es lo que se decía en el barrio, pero el niño de esto no sabia nada. La noche del velorio cayó una gran tormenta con muchos rayos y truenos que parecía que se acababa el mundo y para rematar, un fuerte rayo cayo en el poste de luz dañando al transformador dejando a obscuras a todo el vecindario y ocasionando que el velorio quedara en penumbras y alumbrado solo por las 4 grandes velas que tenia el ataúd, una vela en cada una de sus esquinas y esto ocasionaba que todo pareciera mas triste y casi como escena de película de terror. Por la mañana todavía amaneció ligeramente lluvioso y con ráfagas de viento loco, por la radio dijeron que el aguacero era debido a una tormenta tropical y que amenazaba durar 3 o 4 días mas pero estos cosa de lo mas común en la costa, y así, mojándose, los vecinos le dieron cristiana sepultura a María la puerquera. Terminado el entierro, el niño José no quiso ir con nadie y decidido se encamino a su casa, desde muy chico dio muestra de tener un carácter fuerte y además, la vida dura que llevaba, lo volvió astuto y matrero. Un buen día y en vida de su madre, uno de los asiduos clientes a la cerveza, le regalo un viejo cajón para dar grasa a los zapatos, le dijo, toma para que te ganes unos centavos, desde ese día, frecuentemente José salía con el cajón colgado de sus hombros y se encaminaba al jardín del pueblo para ganarse unos pesos sacando lustre al calzado. Su mejor cliente era el gerente del único banco que en ese pueblo había pues casi a diario le llamaba para que le boleara sus ele-gantes mocasines. Fue un 24 de febrero, dia en que en México es dia de la bandera nacional cuando que José limpio zapatos por primera ves, una ves terminando el desfile, el jardín principal del pueblo se lleno de estudiantes y a José le fue tan bien que llego a su casa con algunos billetes y monedas en las 2 bolsas del pantalón, gustoso y emocionado las vacio en la cama para contar sus ganancias, la mama lo vio, sonriéndole se le acerco, lo acaricio amorosamente, le beso el pelo y seguidamente le dijo, José mírame a los ojos y fíjate muy bien lo que te voy a decir, el niño volteo a ver a su madre, la miro a los ojos fijamente y escucho lo siguiente --- JOSÉ, EL DINERO DA VIDA Y TAMBIÉN EL DINERO DA MUERTE --- GRÁBATELO MUY BIEN JOSÉ Y QUE NO SE TE OLVIDE -- EL DINERO TIENE VIDA Y CUANDO ALGUIEN NO LO CUIDA, SE ENOJA Y CUANDO EL DINERO SE ENOJA CON ALGUIEN, ESA PERSONA JAMÁS PODRÁ LLEGAR A TENER DINERO Y MORIRÁ POBRE Y SIN AMIGOS -- QUE NO SE TE OLVIDE ESTO -- CUIDA MUCHO TU DINERO Y LLEGARAS A SER RICO Y NADA TE FALTARA, José había escuchado todo con total interés, esas palabras le parecieron muy sabias, se le grabaron muy dentro en su mente y con un gesto le hiso ver a su madre que había entendido el consejo. Terminando de contar sus ganancias metió las monedas dentro de su cajón de bolear y porque se dijo, que ahí, nadie pen-saría que tendría sus ahorros. A partir de que gano su primer dinero lustrando zapatos, José le tomo mucho cariño a su viejo cajón de bolero y a nadie permitía que lo agarrara, lo cuidaba como la cosa más preciada que tenia, siempre que llegaba de dar grasa, lo limpiaba con esmero, lo metía debajo de la cama y hasta muy al fondo para que nadie lo fuera a agarrar y ahí mismo seguía guardando sus ganancias, solo agarraba de sus ahorros cuando su mama ocupaba completar para pagar la renta de la casa donde vivían o para surtir la cerveza, pero no mas, José ya sentía que el dinero era su amigo y que debía de cuidarlo. A José nunca le pareció bien que su mama vendiera cerveza, porque veía que los borrachos ya entrados en copas se atrevían a agárrale las nalgas a su madre y eso le enojaba mucho, precisamente, en vísperas de la muerte de María, José le dijo que ya dejaran de vender cerveza y que boleando zapatos podía ayudarle con los gastos de la casa, pero el destino se le adelanto y de pronto, se vio totalmente huérfano. Por la tarde después del entierro, José escucho que la puerca tenia un gran arguende, salió al corral para darle un puño de maíz y vio que con el aguacero, la tierra se reblandeció y que la puerca tenia un gran escarbadero donde gustosa se revolcaba y que con su larga trompa batía y batía el lodo, de pronto José noto que entre el lodazal que batía la puerca había varios pe-dazos de olla de barro quebrados y que nunca antes los había visto ahí y también vio unas cosas pequeñas, redondas y cubiertas de lodo, tomo una, la miro detenidamente, la estrujo entre sus manos para quitarle el lodo, la froto en su pantalón y con gran asombro reflejado en su rostro noto que era una moneda que parecía de oro y que por una lado tenia un ángel y por la otra cara tenia una águila con sus alas abiertas y mas una serpiente en el pico, José se dijo que sus ojos jamás habían visto ninguna otra moneda igual, busco entre el lodo y logro juntar como 30 monedas, en eso estaba cuando sintió un escalofrió que le enchino toda la piel porque recordó que, precisamente donde estaba amarrada la puerca, era donde aquella noche vio la visión del fantasma en forma de mujer. El corral de esa casa se dividía de las otros corrales vecinos solo por una cerca de varas secas, José volteo para todos lados para ver si no había alguien que observara lo que hacia, no vio a nadie, presuroso guardo las monedas bajo de una maceta quebrada que es-taba en el corredor de la casa y pensando muy bien la situación, razono que no le convenía que los vecinos se dieran cuenta de su hallazgo, desamarro a la puerca y la empezó a arrear para llevársela al que presto el dinero para el velorio de su madre, José no quería que nadie entrara a su casa, adivinaba que lo que encontró, podía provocar envidias de los vecinos, se encamino a la casa del vecino que había prestado para comprar el ataúd de su madre y le dijo, aquí le traigo su puerca, como quedamos y muchas gracias por su ayuda, sin más palabras José se regreso a su casa. volvió al corral a donde estaba la higuera y de nuevo se puso a remover el lodazal que había dejado la puerca, pensó que por la emoción, no busco bien y que aun podían quedar más monedas y efectivamente, todavía encontró algunas pocas monedas más, fue y saco las que guardo en la maceta, seguidamente las llevo todas al lavadero, las limpio con agua lo mas que pudo y paseando su vista por toda la casa, pensó que era mejor guardarlas dentro de su cajón de dar bola y a este lo metió bajo su cama y como siempre hasta el fondo, enseguida se acostó en la cama, su pensamiento estaba muy perturbado por los recientes acontecimientos que eran muchos en solo 2 días y mas para su corta edad, así estuvo asta que lo venció el sueño. Por la mañana volvió a batir el lodazal pero ya no encontró nada más, en total junto 37 monedas de oro puro, mucho tiempo después sabría que se llamaban CENTENARIOS y también hasta después sabría que eran de valor muy alto y de las más apre-ciadas en todo México. Por la tarde del día siguiente, agarro las 2 monedas mas limpias que encontró y pensando en venderlas, las metió en la bolsa de su pantalón, seguidamente salió rumbo al centro del pueblo, José no sabia que hacer, ni con quien acudir, quiso la suerte que se detuviera a ver el apa-rador que tenia don Nicho en la entrada de la botica, el boticario vio a José y sabiendo de la muerte de la mama, le saludo con un gesto y le ofreció un re-fresco, José lo acepto y pronto le platico al boticario que su mama le había dejado 2 monedas y que no sabia cuanto valían, al boticario en cuanto las vio le brillaron los ojos, tomo una, le dio un mordisco, comprobó que eran autenticas y viendo la oportunidad de ganar dinero fácil, le dio a José un valor mucho menor del valor real, le dijo que el se las podía comprar y casi sin José aceptar el trato, rápido se las pago y las guardo con la avaricia reflejada en su rostro. Como sea, José nunca había tenido tanto dinero en sus manos y eso le dio mucho valor para enfrentar la adversidad que de pronto y a partir de la muerte de su mama sentía que se le vino encima. Lo primero que José hacia por las mañanas al levantarse de la cama, era mirar bajo su cama el cajón de dar bola y luego contaba sus monedas, volvía a dejar todo bajo su cama y seguidamente se salía a caminar por la calle derecha del pueblo donde había tiendas de muchas cosas, un día se compro lentes de sol, otro día compro una cachucha que tenia unas ramas de mariguana bordadas por enfrente, se compro un radio pequeño de bolsillo de 2 pilas y pintado con el escudo del equipo de futbol de las chivas rayadas del Guadalajara, también compro una navaja de 2 hojas y cachas imitación cuerno de venado que ya tiempo la veía y quería tener y que al cabo tenia mas monedas y pensó que por gastar tantito, el dinero no se enojaría con el. A la semana siguiente volvió a llevar otras 2 monedas a con el boticario y este malicio que el muchacho tenia mas o que sabia donde encontrar mas monedas, se las pago al mismo precio y con mucha astucia lo envolvió, le dijo que el conoció a su papa y que eran primos y que si quería le podía decir tío, pero además también le dijo, que el ocupaba un mozo que le ayudara en la botica y que si quería, podía vivir en su casa, que el le daría la comida y algo de paga, le mostro un cuartucho que el boticario tenia en el corral y que a veces le servía de bodega, José decidió que ese era un buen hombre y al otro día fue a donde la dueña de la casa en que vivía, le dijo que ya la iba a desocupar, aga-rro su preciado cajón de dar bola junto con sus pocas pertenencias y de pronto ya estaba viviendo en la casa donde tenia la botica don Nicho. A los pocos días el boticario con argucias le saco a José toda la verdad y este le platico de como la puerca desenterró las monedas y seguidamente le enseño las demás, su nuevo tío le dijo que se las pagaba todas, hicieron cuentas al precio de ganga y don nicho le dijo que si quería le abriría una cuenta de ahorros para que su dinero ganara intereses y que para cuando estuviera grande, esto a José le pareció buena idea, pero don nicho también le dijo que no platicara de las monedas con nadie, que porque, si se enteraban los polic-ías, le pedirían que se las diera que porque los tesoros enterrados eran del gobierno. Por la mañana fueron a donde el banco, el gerente saludo al boticario y a José le dedico un movimiento de cabeza y una sonrisa, don nicho le informo a que iban y total que José el pobrecito hijo de María la puerquera de un día para otro, ya tenía dinero en el banco.
A José le cambio completamente la vida, de pronto se vio viviendo en la calle principal y donde toda la gente del pueblo acudía los fines de semana a pase-ar y hacer sus compras, pero lo mejor de todo, pensaba José, era que ya no tenia que aguantar borrachos. Durante unas semanas todo camino muy bien, pero al paso del tiempo, José se dio cuenta que el boticario, don Nicho, no era tan buena gente como pensó y que más bien le dio albergue porque necesitaba un mozo gratis, ya que, si le daba la comida, pero de paga, nada de nada, llego el día que no solo limpiaba el corral, atendía los gallineros y le daba de comer a unos cerdos que don nicho tenia engordando, sino que también ya hasta barría y trapeaba toda la casa y también la botica, José para allá y José para acá y lo peor, ya no le pedían que hiciera las cosas por favor, sino que ya hasta la esposa de don nicho le gritaba y mas la hija solte-rona del boticario, muchacha ya treintañera que se pintaba el pelo de güero, y que se la pasaba todo el día viéndose en el espejo, que además, era tan or-gullosa, que sentía ningún muchacho del pueblo la merecía, literalmente, la güera presumida, comía frijoles y eructaba pollo, pero la realidad es que, José bien sabia que eso era pura hipocresía, ya que el cuarto donde dormía la güera, tenia una ventana que daba al corral y seguido José veía que, cuan-do la güera por las noches apagaba y prendía la luz de su cuarto 3 veces se-guidas, inmediatamente una sombra brincaba por el corral, con sigilo escala-ba una barda y se metía a la recamara de la güera y que esta sombra salía hasta poco antes de amanecer, sombra que un día José se puso a espiar y descubrió que era una persona conocida del pueblo que trabajaba ordeñado unas vacas de un compadre del boticario y que era el mismo que por las ma-ñanas entregaba la leche en la botica, para rematar, en esa casa había algo que a José de veras le repateaba las tripas y era que en alguna ocasión en que su tía postiza fue a la capital, acudió a un teatro donde escucho opera y le gusto tanto, que ahí mismo se le incubo un complejo de artista de rancho que ocasionaba que ella misma se sintiera la soprano mayor del pueblo ba-nanero y todos los domingos en que la gente salía a pasear a la calle principal, ella se ponía a tratar de imitar a la cantante de opera y pegaba unos berridos casi como los gritos de los marranos que en vida mataba maría la puerquera y todo esto a José le molestaba mucho ya que, los pocos amigos que tenia, le hacían burlas a causa de sus parientes postizos que se creían de gran alcurnia, José se defendía diciendo, no son nada mío, yo solo trabajo ahí. Pasaron 5 o 6 años en los que José aprendió varias cosas y entre esas, aprendió a medio leer y medio escribir, pero también se dio cuenta que las muchachas ya lo miraban con otros ojos y que algunas hasta le sonreían y el bien que sabia que una mujer cuando le sonríe a un hombre de esa manera es porque quiere algo mas que amistad y lo sabia bien porque cuando su mama en paz descanse, le sonreía a algún cliente, de la misma manera que las muchachas ya le sonreían a el, siempre la cosa terminaba en amoríos y luego la mama lo mandaba a dormir al corral, ha, pero también José aprendió que la gente suele aprovecharse unas de otras, esto lo entendió cabalmente, una ves que fue a bolear a los empleados del banco, ya que ahí vio una revista que tenia fotos de monedas como las del tesoro que destapo la puerca y así supo que se llamaban centenarios y también descubrió el verdadero valor de esas monedas y entendió que el boticario lo había engañado. Un día en que José ya tenia 17 años, su tío lo alquilo como ayudante de albañil, pero como siempre, sin paga, resulta que un compadre del boticario quería tumbar una casa ya muy vieja de adobe que estaba casi cayéndose y porque tenía la intención de hacer otra nueva de material, de albañil solo trabajaras por las tardes, le dijo el boticario a José y, en esa casona vieja fue cuando A JOSÉ ÓRNELAS SE LE VOLVIÓ A ATRAVESAR EL DINERO ENTERRADO, una tarde estaba trabajando en la cocina y al darle con el pico a un pretil viejo, cerca del fogón se descubrió una pequeña ollita con monedas de todos tamaños, pero todas de oro, rápido y muy sigiloso, José recogió todo vestigio de ese hallazgo, guardo las monedas en el costalillo de su bastimento, termino de quebrar los tepalcates de la ollita, los tiro en otro lugar y lejos de la casa que estaba tumbando para que nadie fuera a maliciar nada, se fue para la botica, entro por el corral como seguido lo hacia y actuando lo mas normal que pudo y fijándose muy bien en que nadie lo viera, metió las monedas en su cajón de bolear que aun seguía guardando bajo la cama donde dormía. Toda la noche le dio vueltas en la cabeza y pensaba, ¿que seria lo mejor de hacer? Ya esta-ban cantando los gallos cuando el sueño lo venció, todavía por la mañana no entendía como hacer para no despertar nada de sospechas de su hallazgo, pero lo que si entendió pronto es, que no debía dejar que don nicho supiera de ese tesoro. Al medio día y cuidándose de que sus parientes postizos no se dieran cuenta, José se encamino muy decidido al banco local, el gerente lo saludo y como no le vio el cajón colgando de su hombro, le pregunto, ¿que hay José vienes a ver tus ahorros? 6 años hacia de que metió al banco el di-nero que le dio don nicho por los centenarios y 2 o 3 veces por año acudía a revisar cuanto había aumentado y seguía teniendo casi la misma cantidad, los intereses no sirven para nada, se decía José. Si señor gerente contesto José, quiero ver cuanto dinero tengo ya, pero también quiero platicar con usted, siéntate le dijo el banquero y dime ¿en que te puedo ayudar? con voz queda y tono de misterio le dijo al gerente que necesitaba platicarle algo, pero que quería pedirle que no se lo dijera a nadie y menos a sus tíos, esta bien José, a nadie se lo comento, lo prometo le dijo el gerente, entonces José le platico que yendo a bañarse al rio y en un paredón, había encontrado una ollita con monedas viejas y que necesitaba que le ayudara a venderlas para que no lo fueran a robar, al gerente le escucho con atención y le pido que le llevara las monedas para revisarlas y ayudarle a venderlas, presuroso José corrió a su cuartucho en la botica, salió con su cajón al hombro y con naturalidad le dijo a don nicho que iría a bolear al jardín, don nicho estaba limpiando y acomo-dando medicamentos y ni caso hizo. El gerente paso a José a un privado, saco una tabla de valores de monedas antiguas, le pidió a José le mostrara las que se encontró, José abrió su cajón, saco las monedas y se las dio al gerente, este las reviso una por una, hizo una llamada de teléfono y se las pago al pre-cio real, pero descontando el 20%, es para los gastos le dijo. Como sea, José recibió una muy buena lana, mucho mas que la que su tío postizo le dio por los 37 centenarios, ahora, ya sabia todo, el boticario lo robo pues en realidad solo le dio el valor de 5 o 6 monedas. El dinero que le dio el banquero lo vol-vió a dejar en la cuenta de ahorros y José se fijo en que los empleados del banco se le quedaban viendo con mucha atención, total que José ya tenía más dinero y eso le llenaba de un sentimiento que no sabia explicar. José si-guió tumbando la casa vieja, pero interiormente ya se sentía con la seguridad que solo el dinero en la bolsa le produce a algunas personas, sus tíos notaron un cambio en el, vieron que José ya caminaba y actuaba con mas seguridad, ya hablaba fuerte y ya no tan fácil se dejaba gritar. Un día se entero que vendían una casita pequeña y vieja pero que tenia corral grande, la vio, le gusto, la trato, fue al banco, saco la cantidad que necesitaba y la pago, poco a poco se daba sus vueltas, empezó por arreglar el corral y pensando en que su madre hacia negocios con los cerdos, José hiso unos chiqueros rústicos, para mañana o pasado, pensó, dedicarse al negocio de los puercos. Un día en que José ya se iba a dormir, Don Nicho le llamo a su recamara, cosa que a José le extraño porque jamás lo había hecho y con voz muy grave y expresión muy seria, le reclamo, José supe que compraste una casa y quiero que me digas de donde agarraste el dinero, siguió diciéndole, yo te he dado cobijo, te he tratado como de mi familia y tu gastas dinero a mis espaldas. ¿De donde José, donde sacaste el dinero para pagar la casa que acabas de comprar? en ese momento José fue la primera vez que le llamo por su nombre, mire Nicho, yendo al rio me encontré una ollita con monedas de oro, las vendí en el banco y con lo que ya tenia en el banco de los centenarios que usted me pago, complete y compre la casa. Don nicho le siguió diciendo que el y su familia lo querían como a un hijo y que porque se lo oculto y José muy decidido le contesto, mire Nicho, en el banco me dieron mas dinero por monedas de menos valor, que lo que usted me dio por los 37 centenarios y aprovecho esto para decirle que muchas gracias por darme cobijo en su casa, pero ya quiero vivir solo, por eso compre la casita, ya tengo casi 18 años y puedo trabajar igual que cualquier gente grande, así que, mañana vengo por mis cosas y me pondré a trabajar en el corte de plátano. Esa misma noche José se fue a vivir a su casa y en la misma semana se contrato en una cuadrilla de cortadores de plátano, pronto los compañeros de José se dieron cuenta que este no gastaba su dinero, José no compraba ni un refresco, el hambre se la quitaba con plátanos maduros que había en la huerta que al cabo y eran regalados, terminando el trabajo se recogía a su casa, cuando los amigos lo invitaban al jardín o a los bailes el José nunca compraba nada y ni para dispar en defensa propia, si se tomaba un refresco ,tenia que ser porque se lo invitaban, así que, rápido se gano la fama de tacaño, pero, sucedió algo bueno para José y también para sus compañeros, como sabían que José siempre tenia dinero, los compañeros de trabajo recurrían a el a media se-mana para pedirle prestado y con la promesa de pagarle el día de raya y así fue como José empezó a prestar dinero y a cobrar por prestar dinero y eso le gusto mas que trabajar y llego el día que ya José no trabajaba, solo se arri-maba a la bascula donde se juntaban las cuadrillas de cortadores de plátano y siempre listo para prestar dinero con intereses y como eran mas de 300 cor-tadores de plátano, mas los camioneros, pues José ya ganaba mas prestando dinero, que trabajando, que trabajen los burros, pensó. Cuando José cum-plió 22 años se fue de paseo al puerto de altura donde llegan los barcos de gran calado, ya tiempo quería conocer de cerca a esos enormes barcos mer-cantes y que solo los conocía desde lejos cuando acudía a bañarse al mar y desde la playa los veía pasar por el mar en ruta hacia el puerto más cercano. Ya estando en los muelles se dio cuenta que en realidad los barcos eran mas grandes de lo que imagino, se detuvo frente a una fragata de la marina gue-rra y decidido le dijo a un marino que si podía subir a ver el interior de la fra-gata, con emoción y asombro reflejados en su rostros observo detenidamen-te todo, pero mas admirado quedo de ver los enormes motores en el cuarto de maquinas, seguidamente, bajo a tierra y se encamino a las calles del cen-tro de la ciudad llenas de gente y de los olores tan fuertemente peculiares que tienen todos los puertos marinos, andaba de aquí para allá, sin rumbo, solo miraba y observaba todo, quiso la suerte que pasara por la calle donde estaba el establecimiento donde empeñan sus cosas la gente necesitada y en el aparador vio un aparato que le llamo mucho la atención y lo vio y lo volvió a ver y no encontraba para que pudiera ser ese aparato tan curioso, vio que una persona pasaba cerca de el, lo paro y con educación le pregunto que si el sabia para que era ese aparato, el extraño le contesto que creía que era para buscar tesoros enterrados, al escuchar esto José recibió una fuerte descarga de adrenalina que hizo que le brillaran los ojos y el corazón se le acelero, pre-suroso entro al establecimiento, pidió informes y efectivamente, le dijeron que era un detector de metales de los mas modernos, confiables y de fácil manejo, pregunto cuanto valía, José volvió a su pueblo, saco dinero del ban-co, ese mismo día alquilo un taxi y volvió al puerto para comprar el busca tesoros, que desde que lo vio y supo para que servía, le quito la respiración
Ya de regreso en el taxi y con el aparato busca tesoros en su poder, José se sentía alegre, el retorno a casa se le hizo eterno, le urgía llegar para curiose-ar su nueva adquisición. platicando con el chofer le comunico de su compra, se puso a sus ordenes por si el taxista llegaba a saber de alguna historia de dinero enterrado o casa donde asustaran los espíritus del mas allá y que si encontraban algo se lo repartían, llego a casa cuando el sol ya se estaba ocul-tando, inmediatamente saco de su caja el detector de metales, busco el ins-tructivo, lo leyó detenidamente, lo releyó varias veces y hasta que creyó que ya sabia todo, le acomodo las baterías y lo prendió, luego se paseo con el aparato por toda su casa y por un lado y otro y de pronto, el aparato lanzo un chillido de alarma que hizo que a José se le dibujara una nerviosa y leve sonrisa, observo detenidamente el suelo, movió a su detector de lugar y este inmediatamente dejo de chillar, lo volvió a pasar por donde chillo y volvió a chillar y José se dio cuenta que el detector pitaba cada que pasaba por enci-ma del tubo que estaba enterrado y que llevaba el agua a la pila en el corral, luego se encamino para el patio de la casa y ahí volvió a chillar, busco en el suelo y solo encontró entre la tierra varios clavos viejos mas un pedazo de herradura y así se la paso, calando su aparato y encontrando cosas de metal viejas, hasta que en una de las esquinas del corral, el aparato volvió a lanzar su chillido y que ya tanto le estaba gustando escuchar a José, se puso a es-carbar y como a 40 centímetros de hondo, encontró un pedazo de machete ya muy viejo y desasiéndose de moho, apago el aparato, fue a su habitación, lo puso en su cama, se recostó junto a el y acariciándolo empezó a soñar despierto, mentalmente se miraba sacando un tesoro grande y casi podía es-cuchar el sonido de las monedas chocando unas con otras, suspiro largamen-te y se sintió muy afortunado por poseer ese detector de tesoros. De pronto le llego una idea y pensó en que tenia que darle un nombre a su aparato y no encontró otro mas apropiado que llamarlo AMIGO, si, de ahora en adelante el detector de metales se llamaría AMIGO, en ese momento, José recordó una ves que su mama le dijo, que, cuando sintiera alguna necesidad, hiciera una oración y que con mucha fe, pidiera lo que necesitaba y que porque esa era la manera de hacer esos pedimentos, se puso de rodillas y con mucha fe empezó a platicarle, AMIGO, le dijo, con todo respeto yo te pido que de aho-ra en adelante TU Y YO SEAMOS AMIGOS INSEPARABLES y yo te prometo jamás olvidarte, siempre estarás en mis oraciones y prometo nunca prestarte con nadie, solo yo te manejare y jamás, nunca permitiré que nadie mas te ponga las manos encima AMEN, seguidamente recargo AL AMIGO en la pa-red, prendió una veladora y se la dedico al amigo diciendo en voz baja ----- POR TU SUERTE, POR LA MÍA Y POR EL FUTURO DE ABUNDANCIA QUE NOS ESPERA--- AMEN ------- apago la luz y estuvo en silencio un buen rato viendo como la llama de la veladora de parafina consumía a esta y también observando como la sombra del detector de metales se dibujaba bailoteando contra la pared. Así estuvo recostado en su lecho durante largo rato y echan-do a volar su imaginación hasta que el sueño lo venció. ...... CONTINUA
MATAVIBORAS- Aficionado
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Re: EL TESORO QUE DESTAPO LA PUERCA.
José ya era muy solicitado por la gente del pueblo que sabia que prestaba dinero y no faltaba quien lo fuera a buscar para hacer negocio, prestaba de a poco dinero, pero prestaba por toda clase de cosas, una bicicleta, una carreti-lla, herramientas de trabajo, un anillo y algún reloj etc, etc, total que pronto vio su casa llena de cosas que la gente ya no desempeñaba y que a el no le servían para nada y meditándolo bien, se decidió a ya no prestar por nada mas que no fueran joyas, porque esas si se podían vender rápido y además no ocupaban mucho espacio. Así transcurría su vida, ya tenia días en que pensaba en que debía de encontrarse una novia, la verdad es que ya tiempo la buscaba, pero no se le olvidaba a José que un dia su madre le dio uno de sus sabios consejos, lo recordaba como si la estuviera escuchando .. PON MUCHA ATENCIÓN HIJO, EL DÍA QUE QUIERAS BUSCAR ESPOSA, BÚSCATE UNA MUJER QUE NO SEA MUY PRETENSIOSA, NI MUY HABLADORA POR-QUE LAS MUJERES MUY PARLANCHINAS SUELEN SER PROBLEMÁTICAS Y LAS PRETENSIOSAS SON MUY GASTADORAS DE DINERO Y UNA MUJER GASTADORA ES LA RUINA DE SU MARIDO y por eso José no encontraba una muchacha que le llenara el ojo, recordaba muy bien las palabras de su madre y el quería tener una esposa que no fuera pretenciosa. En el pueblo había una señora viuda que tenia una hija ya casadera, esta se llamaba Lupe y era muy bonita, pero tenia la desgracia de ser sordomuda, la joven ya tenia 20 años de edad, se quedo sordomuda porque de muy niña le dieron unas ca-lenturas muy fuertes que le duraron toda una semana que la tuvieron al bor-de de la muerte y fue a causa de esas fiebres tan altas que la Lupe perdió el habla y el oído y eso hacia que los muchachos no la pretendieran, pero a José le gusto desde la primera ves que la vio y eso de que fuera sordomuda mas bien a José le parecía una buena cualidad y porque pensaba que con una mu-jer sordomuda nunca tendría que discutir nada y que al cabo el también era de pocas palabras y pensó que además con eso de que era sordomuda le se-ria mas fácil hacerla a su modo, pero también recordaba el consejo de su madre, le parecía escucharla, JOSÉ BÚSCATE UNA MUJER QUE NO SEA MUY PARLANCHINA. Y José se dijo que una esposa más callada que la Lupe no la podría encontrar en ninguna parte. quiso la suerte que en esos días la mama acudiera a con José y con ella llevaba a la Lupe ya que nunca la dejaba sola y la cuidaba como a la niña de sus ojos, la señora le dijo a José que venia a pe-dirle de mucho favor que si le prestaba 500 pesos que necesitaba porque debía una manda de ir al santuario de la virgencita de talpa y quería ir a pa-garla, que esa manda la debía porque la virgencita le iba a hacer el milagro de que la Lupe pudiera oír y hablar de nuevo y que si no la pagaba, no se podría recibir el milagro, pero también le dijo que ella no tenia que dejarle para el empeño y que si confiaba en ella y le hacia el grandísimo favor, el dinero se lo pagaba viniendo y ya que le saliera una contrata que tenia pendiente de cobrar, José nunca prestaba sin dejar algo a cambio que respondiera por el préstamo, pero a la mama de la Lupe le dijo que, con mucho gusto y que no importaba que no le dejara nada en prenda, le dio la cantidad requerida y le dijo que deseaba que ojala y la virgencita le concediera el milagro, la mama se despidió dándole la gracias eternas y la Lupe con una sonrisa dibujada en los labios se despidió de mano dirigiéndole una profunda y brillosa mirada que lo inquieto mucho, los días siguientes no dejo de pensar en la Lupe, aun sentía su delicada mano entre la suya y hasta la soñó varios noches seguidas y esto ocasiono que José se sintiera aun mas enamorado. A los pocos días le llego a casa el taxista que lo llevo a comprar su detector de metales y le dijo que platicando con otro taxista, este le comento que en su casa por las no-ches se escuchaban ruidos extraños y también que a veces miraban el espíritu de un alma en pena y que, como se dicen, que donde hay dinero enterrado siempre hay un espíritu que lo cuida, pues que recordó lo del detector busca tesoros, que a eso venia y que si quería ir a ver si encontraban algo, para José era la oportunidad que esperaba, se pusieron de acuerdo para ir por la tarde y mientras se llegaba la hora de ir a la casa de los ruidos, José saco a SU AMIGO y con el mismo respeto de siempre, empezó a platicar con el, le dijo que los 2 irían a trabajar y que solo esperaba que se sintiera a gusto y que el confiaba totalmente en su poder Y AMEN, casi anocheciendo fueron a donde el lugar y el aparato chillaba aquí y chillaba allá, pero no encontraron nada que no fueran tapaderas de latón de refresco, algunos fierros viejos y mas un montón de huesos viejos junto con los huesos de la cabeza de un perro. Serian las 11 de la noche cuando decidieron ya no buscar, cuando salieron a la calle, José vio en la acera de enfrente una gran bola de gentes reunidas, niños y adultos, eran los vecinos de ese barrio que los miraban curiosos y con ojos de querer saber que habían encontrado y a partir de ese día José el prestamista se hizo mas famoso y en todo el pueblo se hablaba de que andaban buscando tesoros, el rumor se fue agrandando y hasta se llego a decir que por la noche volvieron a sacar el tesoro y que para que no se dieran cuenta las autoridades y cosas de ese tipo, que la gente sin que hacer inventa, total que a José y a SU AMIGO ya seguido los convidaban a buscar tesoros, sacando solo huesos y algunas cosas mas como una bota vieja rota de militar, también de una noria ya seca, saco un montón de pedazos de rifles mohosos sin culata y que alguien aventó ahí durante la revolución cristera, mas unas 3 o 4 monedillas sin gran interés monetario, pero nunca sacaron nada de real valor. Ya habían trascurrido 5 meses de cuando la mama de la Lupe acudió por el préstamo, un día por la tarde José fue a donde vivía la señora y esta muy apenada le dijo que no había ido a pagarle y que porque la señora de la contrata se había ido del pueblo y que no tenia el dinero, José le dijo que lo olvidara, que no iba a eso y que si le permitía pasar para tratar un asunto, José no era de muchas palabras y así que, en cuanto y pasaron a la sala y es-tando presente la Lupe que solo los ojos pelaba, se la soltó, señora con todo respeto vengo a que si usted me lo permite yo quiero casarme con la Lupe, la mama se sorprendió y le dijo que no sabia que fueran novios y José le dijo que el tampoco, pero que desde hace mucho tiempo la miraba y que sentía que la quería y que sentía que a la Lupe también le parecería bien casarse con el, la señora volteo a ver a la Lupe que no apartaba sus brillosos ojos de los de José, se quedo pensativa un momento y seguidamente le dijo que, si a el no le importaba que su hija no hablara, que volviera en 3 días por la respuesta. Se casaron en una boda muy austera, solo mataron unas gallinas, José compro unas pocas cervezas para los escasos invitados y esa noche la Lupe y José conocieron el amor, los 2 eran vírgenes. A partir de que se casaron, Lupe solo tenia ojos para José y en todo momento se la pasaba adivinándole el pensamiento, el mas mínimo movimiento que José hiciera, la Lupe inmediatamente lo detectaba y lo adivinaba con total precisión, el sombrero, agua, navaja para afeitarse, calcetines, todo lo que José necesitaba, la Lupe inmediatamente se lo daba en las manos, pero además, le resulto una esposa muy cariñosa y pronto tuvieron la primer hija y a los 3 años otra hija y eso fue todo, solo tuvieron 2 hijas flacuchas y descoloridas como el padre y ellas también eran de pocas palabras. Para José el tiempo trascurría como siempre, prestando dinero con intereses y todo esto hizo que ya fuera dueño de automóviles, tierras y casas que adquiría de remate por préstamos no pa-gados. La niña grande ya tenía 10 años y 7 la más pequeña. AL AMIGO segui-do lo paseaba a buscar tesoros apoyado en dichos de gentes que sabían de casas viejas con historias de espantos y leyendas de dinero enterrado, pero no encontraba nada bueno, José nunca se desilusiono y seguía tratando a SU AMIGO con respeto. Una noche José tuvo un sueño extraño, resulta que soñó que estaba platicando con SU AMIGO, pero en el sueño, EL APARATO le contestaba y podía platicar con el como si el aparato busca tesoros fuera una persona y EL AMIGO le decía que quería que José lo enseñara a descubrir el oro porque no sabia descubrir mas que fierros viejos y EL AMIGO le seguía repitiendo, José ¡enséñame a descubrir el oro! y así asta que despertó ya muy entrada la mañana. durante muchos días a José le dio vueltas en la cabeza el sueño extraño y pensaba y repensaba en de que manera el podía enseñar AL AMIGO a descubrir oro y asta que una mañana le llego una idea, fue al mercado, compro 4 ollitas chicas de barro, llegando a su casa, fue a la petaquilla donde guardaba todas las joyas que había acumulado en su vida de prestamista, tomo 4 puñados de anillos, pulseras, aretes y co-llares todos de oro, seguidamente lleno a cada ollita con las joyas, fue a donde el corral de su casa, busco lugares estratégicos, enterró a cada ollita en lugares diferentes y como a ½ metro de hondo, seguidamente rego con agua todo el corral para borrar el rastro de sus entierros y terminado todo esto, se fue a descansar, llegando la noche, saco al aparato de su caja y le dijo, AMIGO ya comprendí lo que me dijiste en el sueño y te voy a enseñar a detectar el oro, seguidamente prendió el aparato y lo llevo al corral para pa-sarlo por donde enterró las 4 ollitas con las joyas, y lo llevaba de una a otra y luego a la otra y vuelta a la primera y el aparato pitaba y pitaba y José sentía que su AMIGO ya pitaba con alegría, así estuvo José asta muy de madrugada y asta que pensó que su AMIGO ya había aprendido como pitar cuando encontrara oro enterrado, pero y además, a José le pareció que cuando lo enterrado era oro, el aparato pitaba diferente que con los fierros viejos y ese descubrimiento le lleno de felicidad, puso al aparto en la cama, se arrodillo, le rezo una oración y con mucho amor lo guardo en su caja, se acostó a dormir y esa misma madrugada soñó que su AMIGO le decía que muchas gracias por enseñarlo a pitarle al oro. Por la mañana pensó en las ollitas y se dijo que enterradas estaban mejor guardadas que en su petaquilla. A José Órnelas la vida ya le había cambiado mucho mas, en su pueblo ya era una persona muy respetada, su fama ya era muy conocida y asta en pueblos vecinos hablaban de Don José el prestamista, desde lejos acudían a el para empeñarle cosas de valor, joyas, terrenos, casas, ranchos, maquinaria agrícola etc. un día se le ocurrió que si se ponía de acuerdo con el gerente del banco, podían hacer mucho negocio, fue a donde el gerente, este salió presuroso a recibirlo, pásele don José en que le podemos servir, ¿gusta tomar algo? como siempre, José no le dio vueltas a su asunto, mira gerente, que te parece si tu y yo hacemos un muy buen negocio, pero tienes que ser muy discreto, al fin gerente del banco y tratándose de ganar dinero fácil, como no le iba a interesar, dígame don José, si se puede, lo hacemos como no, bien, mira ge-rente, todos los fines de semana, tu vas a declarar al banco en falta de efectivo y solo con las personas que mas campesinos emplean y para que se vean obligados a acudir a conmigo para yo cambiarles cheques para sus rayas y los lunes por la mañana yo deposito los cheques y así nos ganamos una lana tu y yo, ¿Cómo ves? Desde ese día la casa de José era el banco de fin de semana y mas y mas rico se volvía, la gente del pueblo pronto se dio cuenta del truco y le cambiaron al gerente y le cambiaron varios y con todos hiso su negocio. Un día una persona que fue a pedirle dinero prestado, en la platica, le comento que el sabia de una historia del tiempo cuando los galeones españoles navegaban los mares, le platico que se decía, que en una playa de esa región costera y por el rumbo de el rio de Chamela y el mar, las olas aventaron a la playa a unos náufragos y que se sabia que los nativos enterra-ron a esos piratas junto con un tesoro grande, José busco la manera de dar con mas señas de todo, estuvo preguntando y buscando durante muchos meses y asta que dio con un viejecito que le platico que sus antepasados era nativos de la región donde el rio grande desemboca al mar y que desde hacia mas de 3 siglos sus familias vivían en esa zona, también le dijo que esa historia de los náufragos piratas venia trasmitiéndose en su familia de generación en generación y desde el 1700 en que el mar aventó a la playa una barcaza con 4 gentes extrañas, también le dijo que esas gentes ya venían muy enfermos, que solo uno de ellos vivió unos pocos días mas que los otros 3, que a estos 3 los enterraron en la misma playa y que al otro se lo llevaron a donde tenían sus jacales, pero que también a los pocos días también murió y que a este naufrago lo enterraron en el cerro, cerca de donde esta la piedra grande quemada y que le dicen la quemada porque una ves le cayo un fuerte rayo y que la dejo toda chamuscada y también le dijo que a este pirata lo enterraron junto con lo que en la barcaza venia. Y total que el viejito le dio a José toda la relación con santo y seña de donde debería de buscar el entierro. Un día 3 de mayo en que se festeja la santa cruz, José agarro a SU AMIGO y a la Lupe, también subió a su camioneta, un filoso machete, pala, barra, 2 botes viejos lecheros, un pequeño bastimento y fajada en la cintura llevaba un revolver 38 especial con 5 cartuchos en el tambor y con solo las señas que le dio el viejito como única guía, se fue a buscar el tesoro de los piratas. Ese lugar esta cerca de la carretera nacional y entre la desembocadura del rio de Chamela al mar. José busco por donde le dieron las señas y pronto dio con la señal de una piedra muy grande y quemada que esta junto a las 3 piedras menos grandes que tenía que encontrar y como le dijo el viejito y que en medio de las 3 pequeñas y de la grande quemada enterraron al muerto junto con sus pertenencias. Ya todo era puro monte, José tomo su machete, desmonto muy bien toda el área entre las piedras, la Lupe recogió las ramas y la hojarasca asta que dejo bien limpiecito, cuando se llego la hora de comer, sacaron su bastimento que consistía en, tortillas, sal, unos chiles verdes, un poco de arroz y 2 huevos cosidos mas una cantimplora con agua y nada mas, José nunca gastaba su dinero en comer mucho, ¿para que? Decía que era como tirar el dinero y que el dinero se podía enojar con el. Terminando de comer saco a SU AMIGO y como siempre con todo respeto le dedico una oración, le pidió que le ayudara, que el confiaba en el y que al cabo ya sabia como detectar el oro Y AMEN. De pronto y casi en cuanto lo prendió, el aparato empezó con una gran pitadera, pero no como otra veces en que al moverlo tantito de lugar se callaba y que solo volvía a pitar cuando lo pasaba por el mismo lugar, no, ahora el aparato chillaba por todas partes, pero había un lugar en que chillaba mas fuerte y a José le brillaban los ojos y la Lupe solo atinaba a mirar a José con los ojos muy pelados y sin saber porque José se comportaba de esa manera tan nerviosa, José la observo, comprendió la ex-presión en su cara y le hiso una seña con la mano empuñada y dándole a entender que había encontrado algo que prometía ser bueno y la Lupe empezó a dar de brincos emocionada y haciendo algunos sonidos guturales inentendibles, el busca tesoros seguía con su pitadera, José marco con la punta del zapato donde vio que SU AMIGO pitaba mas fuerte y lo apago, sentía que el corazón en cada palpitada le tronaba PUM, PUM, PUM, y en las sienes también sentía la presión que le causaba la emoción de saber que estaba ante un posible tesoro grande, acomodo a SU AMIGO recargado en un árbol y tomo la barra, José había escuchado que en los tesoros enterrados, la tierra nunca se aprieta y por eso tanteo la dureza del piso fuera del área de donde SU AMIGO le marcaba, José sentía que la barra entraba de manera como en todas partes que otras veces buscaba, al principio medio duro y luego mas duro y luego se arrimo a la marca y dio el primer golpe, sintió la tierra blandita y al segundo golpe la barra se fue casi asta la mitad, de un solo golpe la barra se metió casi mas de 1 metro, José dio otro golpe, sintió que la barra pegaba en algo duro y también sintió que la sangre se le agolpaba de nuevo en el pecho PUM, PUM, PUM, volteo a ver a la Lupe y vio que ella tenia a SU AMIGO entre las manos, rápido soltó la barra, sa-lió del hoyo y tomando a la Lupe de los hombros la sacudió fuertemente y regañándola con ademanes bruscos le dio a entender que, nunca debía de volver a tocar a SU AMIGO y seguidamente le indico que hiciera la señal de la cruz y que jurara, todo esto sucedía a puras señas, la Lupe estaba asustada, nunca había visto a José tan alterado y se dijo que, jamás tocaría de nuevo ese aparato, jamás se dijo, José tomo la pala y comenzó a escarbar y a sacar tierra, al principio estaba medio duro, pero pronto se puso blandito y sin difi-cultad llego asta donde vio unas piedras medio cuadradas, tomo la barra, le dio un golpe y entonces llego un fuerte y extraño aire y también se escucho un fuerte tropel y un quebradero de ramas y palos como si vinieran caballos a galope por el monte, asustado volteo para todas partes asta que se dio cuenta que el ruido salía de adentro del hoyo que estaba cavando, pego un brinco para salirse, sentía mucho miedo y casi se daba a correr, pero como vio que la Lupe no daba muestras de sentir miedo, eso le dio valor ( como iba a darle miedo a la Lupe si era sorda, si hubiera escuchado el tropel de caba-llos, de seguro que arranca la carrera ) Como sea, a José eso le dio ánimos, se arrodillo y le hiso el ademan a la Lupe para que también se arrodillara, se puso a rezar un padre nuestro, no lo termino porque se le olvido y lo volvió a empezar y así asta que rezo como 10 padres nuestros revueltos con dios te salve-maría llena eres de gracia y muchos, amen, amen, no sabia otros rezos, la Lupe con los ojos como platos de grandes no despegaba la vista de la cara de José y también movía los labios y se golpeaba el pecho con su puño cerra-do como le había enseñado su mama que se debía rezar y pedir perdón por los pecados. El tropel de caballos se fue apagando asta que dejo de escuchar-se, armándose de valor, José se volvió a meter al hoyo y con la barra como palanca, logro mover las piedras que le impedían seguir cavando y ahí mismo con asombro vio unos pocos huesos que al contacto con el aire se desbarata-ron quedando hechos polvo, también vio los pedazos de unas espadas todas roídas y lo que quedaba de una daga como de 7 pulgadas de larga y también algo de metal que debió ser para proteger la cabeza, aventó estas cosas para afuera y luego encontró unos pedazos de madera deshaciéndose y debajo de esto vio el tesoro, José sentía entre mucho miedo y mucha felicidad, le movió con la punta de la barra y escucho el sonido metálico que hacían las monedas al chocar entre si y con la barra, la Lupe, al pie del hoyo, no perdía detalle de todo, José rápido se salió del hoyo y le hiso el ademan a la Lupe para que ella se metiera y le ayudara a sacar el tesoro, la Lupe obedeció, hiso a un lado los pedazos de huesos de una mandíbula humana y con sus manos empezó a aventar las monedas para fuera y ahí mismo ocurrió el milagro que la virgen-cita de talpa no quiso hacer cuando la madre de la Lupe con mucho sacrificio camino a pie mas de 100 kilómetros asta el santuario de talpa y porque ahí mismo, dentro del hoyo, la Lupe pronuncio las primeras palabras desde que la fiebre la dejo muda, OROOOO - OROOOOO DECÍA, José la escucho perfectamente, pero no hiso mucho caso del fenómeno, no podía distraerse y con bruscos ademanes la urgió para que le diera todas las monedas, algo hiso toser a la Lupe, pero ella siguió apurada con su tarea, de pronto José se llevo la mano a la pistola y volteo para todas partes a ver si alguien los veía, pero eso era casi imposible, aunque estaban casi a la orilla de la carretera nacional, estaban en pleno monte y lejos de cualquier pueblo, así que José se sintió seguro, seguidamente bajo de su camioneta los 2 botes lecheros que llevaba exprofeso y empezó a echar las monedas, algunas eran cuadradas, otras en triangulo y otras como hexagonales y toscas, como si las hubieran echo a mano y sin molde, José se dijo que de estas monedas, nunca había visto ni en revistas y pensó que debían de ser de la época cuando los piratas asolaban los mares robando a los barcos mercantes del reino de España que llevaban oculto el oro que robaban a los nativos de los pueblos de la nueva América y conquistada en base a dar muerte en nombre de dios y predicarles a los indígenas la religión forzada. Cuando se acabaron las monedas, también saco un montón de lingotes de metal amarilloso, cuando Lupe vio que ya no había nada mas, se salió del hoyo y volvió a toser, José y la Lupe subieron sus herramientas a la camioneta, subieron al AMIGO, subieron los botes lecheros con las monedas, los lingotes, también los pedazos de espa-das, cubrieron todo con el forro del asiento de la camioneta, cuando de pron-to y sin estar nublado se vislumbro un gran relámpago seguido de un impo-nente trueno y vieron como un poderoso rayo cayo en seco sobre la piedra grande quemada, rayo que al alcanzar la piedra se fragmento y se desparra-mo con lengüetadas de fuego por todo el lugar alcanzando la camioneta de José y que hiso que a este y a la Lupe se les pararan todos los pelos de punta, seguidamente el cielo se cubrió de nubarrones y se dejo caer una ligera llo-vizna con vientos arremolinados, que tormenta tan extraña pensó José y se sintió muy afortunado pues unos segundos antes y el rayo los agarra junto a la piedra grande quemada y seguramente que los hubiera matado. José arranco su camioneta velozmente como si le urgía llegar a su casa, por el ca-mino volteaba a ver a la Lupe que de ves en cuando seguía tosiendo y son-riente y mirando a José a la cara le repetía OROOOOOOO - OROOOOOOO José le sonreía, le daba una palmadita en las piernas y la Lupe no cabía de feliz, ya noche llegaron a su casa, bajaron primero los botes y los lingotes, luego las espadas con lo demás, cerraron y atrancaron muy bien la puerta, seguidamente en el suelo de su habitación desparramaron su tesoro y con alegría reflejada en sus rostros se pusieron a contemplarlo, en eso José re-cordó que decían que los huesos y las monedas enterradas soltaban un gas y que hacia mucho daño respirarlo, con ojos preocupados volteo a ver a la Lu-pe que, ya poco, pero seguía tosiendo. Todos los lingotes eran del mismo ta-maño y como de 1 kilo c/u y fueron en total 77, por ambos lados tenían gra-bada una cruz y una corona y bajo esta se podía leer, Reino de España, las monedas grandes de oro eran 395 y también tenían grabada la misma cruz y por el reverso la misma corona con la leyenda y las restantes 165 mo-nedas chicas de varios tamaños y de oro y plata y con diferentes gravados, estas eran mas de plata que de oro, José tomo un lingote lo limpio muy bien y se dio cuenta que era de oro puro. Ya era muy de noche, metió los lingotes y botes bajo su cama, puso su pistola bajo su almohada y se recostó, dormito un poco, despertó como a las 5 de la mañana, a lo lejos se escucho cantar un gallo, ya va a amanecer, pensó, saco los botes como creyendo que todo lo había soñado, se toco la frente y la sintió afiebrada, nunca en toda su vida José se sintió tan afortunado. De pronto recordó algo, A SU FIEL SU AMIGO no le había dado las gracias, en el torbellino de sentimientos y emociones, se había olvidado de el, sintió remordimientos y vergüenza, como es posible, se dijo, como es posible que me olvide de MI AMIGO, lo saco de su caja y po-niéndolo en la cama, se arrodillo y empezó a platicar con SU AMIGO. Le pidió perdón por su gran falta y también le dio las gracias, GRACIAS AMIGO yo sabia que no me fallarías, sabia que solo era cuestión de tiempo y este día, ese tiempo se llego, GRACIAS, lo acaricio y seguidamente le rezo varias ora-ciones y luego le prendió su veladora y la Lupe junto a José arrodillada también hacia como que rezaba, pero a diferencia de antes de hallar el tesoro, ahora ya se le escuchaba que algo decía, la Lupe ya habla pensó José y si, ya hablaba, pero seguía sin oír nada. A señas, José le dijo a la Lupe que debería de poner una veladora nueva cada día y durante 9 días porque SU AMIGO lo valía. Ese día José tuvo todo el día su casa cerrada y cuando algún necesitado toco su puerta, la Lupe a señas les hacia saber que no estaba y que asta mañana. José y la Lupe siguieron su vida normal pero había algo que a José le preocupaba, el ya era rico y no necesitaba vender su tesoro y pensaba en eso y le preocupaba que un día alguien se metiera a robar. esa misma semana trajo a casa un cordero y la Lupe no hallaba para que quería a ese cordero, al siguiente día se levanto muy de mañana y en una esquina de su habitación y bajo su misma cama, empezó a hacer un hoyo, cuando ya tenia como 1 metro de hondo metió al fondo un gabán viejo que ya no ocupaba y sobre el gabán acomodo los lingotes y luego vacio las monedas y arriba puso las espadas, también el pedazo de daga y el casco de pirata, solo dejo un lingote y una moneda dé cada una y a estos los guardo en su petaquilla donde guardaba todas las cosas de valor que le empeñaban, seguidamente fue a por el cordero que tenía amarrado en el corral, tomo un gran cuchillo y sobre el hoyo que escarbo le mocho el pescuezo y procuro que la sangre callera arriba de las monedas, cuando ya el cordero dejo de patalear, se arrodillo y le indico a Lupe que también se arrodillara y con una gran devoción y tono de voz grave, dijo el siguiente conjuro – CON LA VENIA DE DIOS PADRE Y CON LA SANGRE DE UN CORDERO, SOLO ASI EL DINERO SALDRA DE ESTE AGUJERO… AMENNNNNN – seguidamente tapo el hoyo y volvió a cerrar con cemento del mismo color y para figurar que nunca se había echo un hoyo ahí, casi lo logro, solo un ojo muy aguzado o un albañil, podría darse cuenta que en esa esquina había 2 tipos de cemento. A partir de ese día, José sentía como que dormía más a gusto y sin pendiente de nada. A partir de esos sucesos la Lupe cada día ya hablaba mas y mas, pero así también su salud se deterioraba mas y mas, por las noche le daba fiebre, también empezó a mancharse de las manos y luego de la cara, le salieron unas manchas blancas y sentía dificultad para respirar, el doctor le dijo que sus pulmones se estaban haciendo duros y que porque un virus raro y que no se conocía ninguna cura, Lupe se frotaba la piel con chicozapote y porque cuando su mama la vio manchada, le dijo que eso era bueno para la jiricua y que con eso se aliviaría, al tiempo se empezó a enflacar y aunque comía bien, seguía enflacando mucho y cada día que pasaba tosía mas y mas, la llevo José con médicos, curanderos y brujos, le dieron medicinas, pócimas y reme-dios y la Lupe flaca y mas flaca, a los 3 años de que sacaron el tesoro de los piratas, la Lupe murió, el día del velorio cayo una gran tormenta con ráfagas de fuerte viento y como si se fuera a acabar el mundo, igual que cuando se murió mi mama, recordó José. Nada en la vida a José le pudo mas, se decía que donde encontraría a otra sordomuda tan buena, se lamentaba y en ratos asta lloraba, reconoció que la Lupe le hacia mucha falta. A partir de ese día las 2 hijas ya se la pasaban más con la abuela y no porque no quisieran a José, sino porque con su abuela, si comían a llenarse, acá, en casa de José, puros huevos, frijoles y papas y puras papas con frijoles y huevos, además, José jamás compraba un refresco, -------------- DECÍA JOSÉ QUE COMER MUCHO ERA PECADO Y QUE EL DINERO TIENE VIDA Y QUE SE ENOJA CON QUIEN LO MALGASTA. --------- a partir de que la Lupe murió, José vivía solo y siguió con su forma de vivir, cambiando cheques posfechados y prestando por joyas de valor, camionetas, tractores, casas, terrenos, etc, etc y mas y mas rico se hacia, nadie en ese pueblo costeño era mas rico que José, si alguien ocupaba dinero y tenían algo que empeñar, acudían a el. José Órnelas siguió yendo a buscar tesoros, pero siempre iba solo, pensaba en que si llevaba a alguien con el tendría que repartirle de su suerte y eso no le parecía bien, la posibilidad de encontrar dinero enterrado le producía una euforia que no sentía de ninguna otra manera. Al tiempo y en una casona vieja que recogió en embargo, volvió a sacar otro tesoro grande y lo volvió a enterrar con otro hechizo juramentado, a José el dinero enterrado lo perseguía, pero no encontraba compañera y no es que no hubiera quien se animara a juntarse con el, no, no encontraba porque en el fondo José buscaba otra sordomuda y para que no fuera tan gastadora. Un día la suerte le dio un vuelco, a José lo secuestraron, para liberarlo le sacaron una fuerte cantidad y eso lo hiso mucho mas desconfiado, ya su puerta no la habría a la primera, cuando escuchaba que le tocaban, se asomaba por una ventana y asta muy al rato salía pero por la otra puerta del corral y también el pelo se le empezó a poner blanco con mucha rapidez. A los 3 años del secuestro, llegaron a su casa unos desconocidos vendiéndole muy baratas unas monedas de oro, por la ventana las vio, la ambición le gano, abrió la puerta y los tipos extraños se lo llevaron, a las 2 semanas unos mozos de campo lo encontraron en una huerta de plátano, murió por asfixia dijeron las autoridades. Como le dijo su madre, EL DINERO DA VIDA Y TAMBIÉN DA MUERTE. Así murió el afortunado Don José Órnelas, esa fue la muerte del hombre al que toda su vida lo persiguieron los tesoros enterrados. El día en que lo enterraron cayo un gran tormenton con muchos relámpagos y potentes truenos como nunca, durante el entierro la gente murmuraba que lo mataron en venganza de una propiedad que quito por intereses que no pudieron pagar. A la muerte de José, la casa quedo sola y muy de ves en cuando las hijas iban a darle una barrida, no se quedaban mucho tiempo porque decían que en el cuarto donde dormía José, se escu-chaban ruidos, murmullos y lamentos y decían también que, a veces, veían a José sentado en su cama y que eso les daba mucho miedo, un día en que las hijas llegaron a barrer la casa paterna, encontraron que alguien se brinco las bardas, se llevaron la caja donde estaba el AMIGO DE JOSÉ y también ese día hicieron varios hoyos en el corral y un hoyo grande en la esquina bajo la cama de José, extrañamente en el suelo junto a este hoyo estaba un gran montón de carbón ya muy viejo. Que raro pensaban las hijas ¿PORQUE QUE DEJARIAN ESE CARBÓN VIEJO AQUÍ? Recogieron todo el carbón viejo en varias cubetas, las sacaron a la calle para que el camión que recoge la basura se las llevara y cuentan las gentes de ese pueblo que, unos humildes pepe-nadores se llevaron a su casa las cubetas con el carbón viejo y que por la ma-ñana en ves de carbón viejo, en las cubetas encontraron muchas monedas antiguas y lingotes de oro y que nadie nunca mas en ese pueblo volvió a ver a esas gentes y es mas, algunos aseguran que ahora esos pepenadores viven como ricos en un destino turístico importante, pero que ahora, ya son unos prósperos hoteleros a orilla del mar.… FIN. …
Autor: Luis Ignacio Larios M.
Autor: Luis Ignacio Larios M.
MATAVIBORAS- Aficionado
- Mensajes : 3
Reputación : 3
Fecha de inscripción : 07/04/2014
Re: EL TESORO QUE DESTAPO LA PUERCA.
Te agradezco mucho que nos hayas compartido esta Historia Amigo "MATAVIVORAS"
Yo creo que cada Historia tiene Su Encanto,...
Su enseñanza y su Moraleja..
Aprender de esta Manera nos da mas Experiencia en la Búsqueda de Tesoros.
Muy Buen Relato, Gracias
Manuel Rangel.
Yo creo que cada Historia tiene Su Encanto,...
Su enseñanza y su Moraleja..
Aprender de esta Manera nos da mas Experiencia en la Búsqueda de Tesoros.
Muy Buen Relato, Gracias
Manuel Rangel.
Manuel RV- Aficionado
- Mensajes : 13
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Fecha de inscripción : 29/01/2014
Edad : 57
Localización : Estado de México.
El tesoro que destapo la puerca
Un poco larga la historia camarada, pero con una gran moraleja, aunque no creas en que el dinero produce gases, lleva tus mascarillas, no te posesiones tanto de un buen guardado, salpica de él para que mejor te vaya, amen.
aglz- Detectorista Experimentado
- Mensajes : 2979
Reputación : 212
Fecha de inscripción : 15/11/2011
Edad : 67
Localización : Apodaca Nuevo León, México
Re: EL TESORO QUE DESTAPO LA PUERCA.
es buena la historia ,logra el autor meter a uno al buen relato e imaginar al buen jose Ornelas ,un puro error de dedo me imagino ,en la revolucion de 1810 ,pero bastante bien y nos enseña algo de nuestro hobby ,y pues a bautisar mis aparatos .
j abran- Detectorista
- Mensajes : 1421
Reputación : 57
Fecha de inscripción : 13/03/2014
Edad : 57
Localización : durango
muy buena historia!!
que tal comapñero, muy biena historia, felicidades!!!
erish- Lider Experimentado
- Mensajes : 1815
Reputación : 106
Fecha de inscripción : 11/01/2013
Edad : 45
Localización : veracruz
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