LA CUEVA DEL INDIO

En Galeana Nuevo León, en una de sus orgullosas montañas, conocida como Cerro de Labradores, se cuenta que existe una cueva embrujada llamada la cueva del indio, cuya entrada aparece a la vista de ocasionales andantes solamente los dias Sábado de Gloria; el resto del año no se le puede ver pues pare que un extraño sortilegio, derrumbes de tierra y piedras la hubieran escondido del ojo explorador. Cuenta la tradición que esta caverna natural fue madriguera de guerreros, bandidos y soldados en las distintas épocas históricas que ha vivido México. Se dice también que en el fondo de esta cueva se guarda un tesoro de abundante pedrería fina, monedas y barras de oro y plata, pues fue depósito de bandoleros que guardaban ahí el producto de sus fechorías, esperando a que algún día, llegara el tiempo de repartirse las riquezas y retirarse a sus comunidades a disfrutar de una vida tranquila; sueño que nunca llegó.

Cuenta una leyenda acerca de esta cueva, cuando los viejos repasaban las historias de esta población, en especial la de estos tesoros, que llenaban de iluciones a los niños y jóvenes aventureros. Fue en ese tiempo cuando un jóven, decidido a salir de pobre, decidió retar al destino y entrar a la famosa Cueva del Indio. Claro que tenía que esperar la fecha exacta para poder avistar el sitio del tesoro, así que mientras llegaba la fecha, soñaba y hacía planes sobre todo lo que haría al triunfo de esta odisea, llegado el Sábado de Gloria, salió sin más herramientas que con un cuchillo, una antorcha y un costal que llenaría de las riquezas rescatadas. Recorriendo con paso decidido el camino a la montaña, se perdió en el horizonte bajo la preocupada mirada de sus padres, hijos y esposa, que invadidos de pensaminetos fatales, habrían preferido vivir juntos una vida de pobres, pero en paz y el amor familiar que los había distinguido en la comunidad. Paseo su mirada por cada rincón de la pedregosa ladera en busca de la cueva mágica que según indicaba la historia de los viejos del pueblo. ¡Y ahí estaba..! En un lugar donde regularmente no se le veía, estaba la cueva del Indio como boca abierta en aquella montaña. Prendió la antorcha y caminó en busca del fondo donde se decía estaban los ambicionados dineros. Advertía movimientos de sombras más negras que la oscuridad reinante, pero su decisión no sería quebrantada. Pero seres de ultratumba acechaban su paso por el camino. Caminaba maravillado mirando cómo a sus lados, a todo lo largo de la caverna, se recargaban cajas y costales llenos de caudales que brillaban en las piedras presisosas, barras y monedas de plata y oro. De pronto ya con el fondo a la vista, las voces indefinidas y los susurros se materializaron ante él en unos seres perdidos, Tuvo que contener un grito de espanto. Lo que miraba, eran seres de desgarrada vestimenta antigua, pero de cuerpos descarnados, con calavera cuyas cuencas vacías parecían lanzarle miradas cargadas de ira y advertencias mortales. Se dice que el jóven busco afanosamente la salida y ya alcanzada vio que era de noche, buscó el camino de regreso, llegando al amanecer, descubriendo que las casas le eran extrañas, viendo la iglesia del pueblo se orientó y y en una casa conocida vio a un anciano que le dio entrada a su hogar y tras escuchar con curiosidad y paciencia sus preguntas y quejas de dolor, le dijo una verdad que lo haría enmudecer. Segun contaban mis mayores: tus padres, hijos y esposa, se consumieron de tristeza cuando te fuiste para nunca regresar. Si eres quien dices ser, yo soy nieto de tu hermano menor. Hace cien años que desaparesiste tragado por la Cueva del Indio. Jamás se supo de ti.." En el interior de la cueva solo habían pasado unas horas, pero la vida en el exterior, se habían sucedido los meses y los años. El joven presa de dolor, empezó a llorar al verse solo en el mundo, por haber perdido en aquella aventura a todos sus seres queridos, poco a poco fue cambiando el llanto por una risa enejendad, al paso de las horas fue perdiendo la razó. Salio ala calle, y desapareció del pueblo, en busca del Cerro del Labrador, para esperar otro Sábado de Gloria y entregarse en cuerpo y alma de una vez y para siempre ser devorado por la dimensión y los tiempos misterosos que esperan también por usted y por mí, en la legendaría.. Cueva del Indio. ¿Quieres buscarla? Que esten bien.

Esta bueno el mito,aca en colombia tambien hay una leyenda de una mujer ke se llamaba maria del pardo una mujer espaÑola ke llego en la busqueda de ese sueño del dorado el cual el noroeste de antioquia por los años 1600 y 1900 fue el produtor del 10% del oro del mundo.esta mujer esclaviso gente y los coloco a su merced para ke esplotaran el oro y fue tanto el oro que tuvo esta mujer ke lo guardaba en cuevas por varios lugares de antioquia y al no tener kien lo cuidara hizo un pacto con el diablo para ke lo cuidara.cuenta la leyenda ke esta mujer handaba en en una mula de tres patÀs el cual utilizaba para darle buelta a sus tesoros esta mula daba saltos de una roca A otra con distancias en kilometros donde colocaba la pata nona dejaba el rastro de una herradura gigante ke aun persiste grabada en la roca y al lado una huella como de un pie gigante como ocupando la pata ke le faltaba ala mula.en dia santo dicen ke se habren dichas cuevas encantadas pero nadie se atreve a entrar por miedo a no voklver a salir asi ke si alguno se arriesga a entrar vengase para ke entre un viernes santo yo mismo lo llevo al lugar.

Esta cueva existe camarada, la cosa es que nadie se atreve a entrar por temor a la leyenda que se cuenta, esta interesante la que cuentas, me imagino que en cada estado del país en que uno vive existen un sinnumero de estas, que estaría bien investigar con las personas mayores, ya que andamos en la busqueda pues hay que atorarle. Saludos